Cospedal apuesta por una candidatura de unidad antes que por sí misma
En el entorno de la secretaria general del PP y presidenta de este partido en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, no gustó nada el viernes que se la pusiera en la guerra de sucesión luchando contra Soraya Sánez de Santamaría con sus perfiles de candidatas en las redes sociales. Dijeron que no es cierto y que no existe tal perfil de Cospedal. O al menos no lo han promovido oficialmente ella o sus colaboradores más próximos. Lo achacan a las ganas de enredar de algún sector del partido y de meter a la exministra de Defensa en una guerra que no es tal. Y es que, aseguran, Cospedal, como máxima responsable en estos momentos del partido una vez que Rajoy ha dejado de ejercer como presidente, está apostando por una candidatura de unidad a sabiendas de que la situación es tan delicada que cualquier paso en falso puede tener terribles consecuencias para el futuro de la que todavía es la mayor organización política de España.
En ese sentido, Cospedal estaría anteponiendo los intereses del partido a los suyos propios. Dirigentes del PP creen que ella tiene factores determinantes en contra para poder suceder a Rajoy, entre otras cosas porque su imagen es la más ligada al político gallego y porque al haber sido la única que dio la cara en los momentos de mayor crisis del partido por los casos de corrupción, supondría una suerte de continuidad que iría en contra del cambio que se persigue en el PP a todos los efectos. Sin embargo, Cospedal es la que tendría el apoyo del partido en el mayor número de territorios del país, por lo que sí está en condiciones de disputar la presidencia del partido en caso de que sus aspiraciones fueran por ahí, que no parece que vayan.
Lo peor para ella es que si no aspira a la presidencia del PP se puede quedar fuera de la estructura de poder del partido. Según parece, el candidato con más posibilidades y al que todos damos como seguro ganador, Alberto Núñez Feijóo, no quiere contar en la nueva ejecutiva ni con Cospedal ni con Sáenz de Santamaría. El problema para Cospedal es que si no aspira a la presidencia y se queda sin la secretaría general, va a tener difícil encaje en la futura dirección nacional del PP, lo que la obligaría a replegarse en Castilla-La Mancha y, en consecuencia, a ser la candidata a la Presidencia de la Junta de esta Comunidad.
De acuerdo con Lucía Méndez ayer en El Mundo, Cospedal y Sáenz de Santamaría no dan señales de “tener muy claro lo que quieren, o lo que dejan de querer. Quizá lo único que quieren es seguir, pero no saben cómo”.
En el PP de Castilla-La Mancha están seguros de que lo que no va a seguir siendo Cospedal es secretaria general. Todo lo demás, dicen, está por ver.