Tirado será el candidato a suceder a Cospedal, pero hay otras dos opciones (por lo menos)
El Partido Popular de Castilla-La Mancha ha dado un paso importante en el proceso de elección de su nuevo presidente en la región al decidir que la sustitución no se haga a dedo, como ha ocurrido históricamente, sino por elección en un congreso. Los presidentes del PP castellano-manchego los ha nombrado siempre Madrid, aunque durante los respectivos mandatos de algunos de ellos se han celebrado congresos que les han ratificado en el cargo, como es el caso de Cospedal, que fue nombrada a dedo por Mariano Rajoy y posteriormente ha convocado congresos regionales en los que los compromisarios han tenido la oportunidad de decidir su continuidad al frente del partido. En esta ocasión, siguiendo los nuevos aires que corren en el PP a raíz del último congreso nacional y conscientes de que los nombramientos a dedo son cosa del pasado, un cónclave regional elegirá al sustituto de María Dolores de Cospedal como líder de la organización regional, sin temor a que puedan surgir propuestas y candidaturas al margen de la "oficialidad".
En fuentes de la actual dirección del PP castellano-manchego consideran que Cospedal está prestando un último e importante servicio al partido al dejar el campo libre para que otro pueda coger las riendas y continuar su trabajo. Aseguran que la presidenta deja una magnífica herencia: Un partido fuertemente cohesionado, que nada tiene que ver con el que recibió, y que ha ganado todas las elecciones autonómicas y municipales que se han convocado desde que ella está al frente. Esa son hechos. Gracias al fuerte liderazgo de Cospedal el PP castellano-manchego es un partido fuerte, unido y bien engrasado para afrontar los próximos retos electorales, aunque ella no siga al frente.
Por eso van a extremar las precauciones para que el Congreso que van a convocar este viernes sea un éxito. Lo contrario sería un revés de incalculables consecuencias. La pregunta del millón es quién va a sustituir a Cospedal. En este momento hay un candidato claro. Y una alternativa con varios nombres por si acaso. Lo que se busca es acompasar los tiempos del PP regional a los de la organización nacional: Candidatos jóvenes de entre 35 y 45 años, con un perfil parecido al de Pablo Casado y con alguna experiencia de gobierno. En Castilla-La Mancha y en algunas otras regiones se prevé en principio algunas singularidades respecto a estos principios básicos. El PP castellano-manchego lo va a presidir, casi con toda seguridad, Vicente Tirado, que será también el candidato a la Presidencia de la Junta.
Tirado cuenta con el apoyo de todos los dirigentes provinciales del partido, con el de la dirección nacional –ahora comparte mesa todas las semanas con Pablo Casado como número cuatro del comité ejecutivo nacional- y con el de Cospedal, por supuesto. La actual presidenta no va a hacer como Rajoy, que en el último momento prefirió apoyar a su vicepresidenta de gobierno antes que a su secretaria general, que durante años estuvo lealmente entregada al partido y a su presidente y ha sufrido más que nadie las consecuencias derivadas de ello, que no han sido pocas. Tirado ha tenido la inteligencia de hacer un partido a su medida bajo el mandato de Cospedal y de concentrar el poder de la organización regional en el grupo parlamentario de las Cortes. Si da el paso adelante y decide presentar su candidatura a la presidencia del PP CLM no tendrá rivales de peso ya que los pocos que podrían hacerle frente están a su lado.
Otra cosa es que por alguna circunstancia que ahora desconocemos Tirado optara por no ser candidato. En ese caso el Congreso quedaría abierto y aumentarían las posibilidades de que concurrieran varias candidaturas. La dirección sí apoyaría invariablemente en esas circunstancias a un candidato con las características de Casado. En fuentes de la dirección regional del PP solo ven a dos personas de ese perfil: Paco Núñez, alcalde de Almansa, y Carlos Velázquez, alcalde de Seseña. Los dos son diputados regionales, buenos oradores, jóvenes, con experiencia de gobierno, bien relacionados con los medios y con tirón electoral. En esa quiniela podrían entrar también políticos como el presidente de la Diputación de Cuenca, Benjamín Prieto; el portavoz del PP en las Cortes, Paco Cañizares, o la diputada nacional Rosa Romero, pero las fuentes del PP consultadas creen que tienen menos posibilidades que los anteriores. Lo mismo que el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, querido y respetado en la región, pero con menos apoyos en ese sentido de los actuales dirigentes.
En todo caso este es un melón que el PP no puede abrir en circunstancias como las actuales. La zona de confort congresual pasa porque el candidato sea Vicente Tirado. Todo lo demás se teme que serían aventuras de consecuencias imprevisibles y riñas matadoras para los intereses electorales del PP de Castilla-La Mancha, que con todo lo que está pasando creen que el triunfo en las autonómicas de 2019 lo tienen al alcance de la mano.