El veterano político de la región, en guerra para salvar al partido que lideró a nivel nacional
Gaspar Llamazares y el ciudadrealeño Cayo Lara, los dos coordinadores federales de Izquierda Unida antes de Alberto Garzón, lo tienen claro y han decidido ir a por todas tras la deriva en la que ha entrado la coalición tras ser ingerida y deglutida por Podemos. A Llamazares ya le han dado un aviso de expulsión, pero no se han atrevido a hacerlo.
Y todo ello después de que el pasado sábado hicieran público un manifiesto, con la firma de Llamazares y Lara, en el que se criticaba duramente los malos resultados obtenidos por IU y Podemos en Andalucía y se ponía en duda la utilidad de los pactos con Pablo Iglesias, al que atacaban también sin mesura. Por si fuera poco, ese mismo día se anunció por parte de la dirección de Actúa, el partido impulsado por Baltasar Garzón y el propio Gaspar Llamazares, que se presentaría a las elecciones europeas, municipales y autonómicas para buscar acuerdos con otras formaciones de izquierda.
No es extraño que tales escritos y anuncios provocaran la indignación de Alberto Garzón, que no tuvo por menos que acusar a sus dos predecesores de “traidores”. Además, en el caso de Llamazares, el actual coordinador federal también le señaló como “tránsfuga” y propuso su expulsión inmediata tras la apertura del pertinente expediente disciplinario. Luego la cosa quedó en nada, excepto enviar una carta a Llamazares y al resto de representantes de Izquierda Unida vinculados a Actúa pidiendo explicaciones. Se descartó tajantemente la apertura de un expediente disciplinario o su expulsión inmediata, entre otras cosas, porque “estatutariamente es imposible”.
La decisión de la ejecutiva de IU ha sido bien recibida por parte de Llamazares que, sin embargo, ha exigido a Alberto Garzón “retirar la injuria de tránsfuga y las amenazas”.
Los dos antecesores de Garzón coinciden en que el actual coordinador federal busca “la disolución de Izquierda Unida en Podemos”. Y añaden que “los que lo denuncian, como Cayo Lara y Gaspar Llamazares, son situados en la diana”.
Mientras tanto, los dos antiguos líderes de IU piensan plantar batalla a esta estrategia de Garzón, que pretende “desintegrar el partido”. Una oposición que anticipa toda una guerra civil en Izquierda Unida, dicen algunos.