Paco Núñez y Page empiezan fuerte el año y en clave de política nacional
Puede estar equivocado en su estrategia, como le acusan desde las filas del PSOE, pero no cabe duda de que Paco Núñez consiguió ayer llamar la atención de la prensa nacional con su convocatoria de concentración ante la sede del gobierno regional para pedir a Page que obligara a los diputados socialistas de CLM a romper la disciplina de voto en la investidura de Pedro Sánchez en el Congreso. La iniciativa de Núñez ha sentado mal en el PSCM-PSOE, cuyo número dos, Sergio Gutiérrez, siempre duro y ocurrente con los “populares”, la calificó de “escrache” inaceptable.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, siempre favorable a participar en las grandes solemnidades de la política nacional –y la investidura de un presidente socialista está entre las primeras-, no quiso apoyar este martes con su presencia el nombramiento de Pedro Sánchez como jefe del Gobierno. Es cierto que Page ha estado callado los dos últimos días, pero su actitud es más elocuente que cualquier discurso.
El arranque político del año no podía ser más intenso. Mientras en el Congreso se votaba la investidura, en distintos puntos de España salía el PP a la calle para mostrar su rechazo al acuerdo de coalición de gobierno de Pedro Sánchez con Podemos apoyado por grupos radicales independentistas como ERC o Bildu, que han posibilitado con su abstención la investidura del líder socialista. Ha sido el PP de Castilla-La Mancha el que más ha llamado la atención de los medios nacionales después de que unos 200 cargos del partido, encabezados por Paco Núñez, se concentraran a las puertas del Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de Castilla-La Mancha, para exigir a Page que "cumpla su palabra" y ordenara a los nueve diputados socialistas de la región votar en contra de la investidura de Sánchez.
Pocos minutos antes de materializarse el "pacto de la vergüenza" entre "socialistas, radicales, independentistas, comunistas y pro-etarras", Paco Núñez explicaba que García-Page aún tenía la ocasión de defender los intereses de España y de Castilla-La Mancha "por encima de los propios intereses del PSOE". De lo contrario, le responsabilizarán de lo que suceda y sobre todo, creen en el PP, "habrá perdido toda credibilidad en su oposición al sanchismo" y habrá "traicionado" a Castilla-La Mancha.
De esta forma Núñez corrobora que sus acuerdos con Page al inicio de la legislatura no le impiden llevar a cabo una oposición firme al Gobierno autónomo y a su presidente, que es a la vez el líder de los socialistas castellano-manchegos. El asunto será uno de los temas recurrentes de la legislatura y centrará buena parte de la acción de oposición del PP y Cs en las Cortes al Ejecutivo de Page.
Por de pronto Núñez se ha apuntado un tanto mediático a cuenta de la política nacional, un terreno en el que Page es referente de primera línea por su posición respecto a los acuerdos del PSOE con Podemos y los partidos nacionalistas. Y lo es por actuaciones como la de este martes, en la que Page prefirió celebrar una reunión con la presidenta del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, CERMI, Cristina González, antes que asistir a la investidura de Pedro Sánchez, igual que hicieron otros barones “críticos” como el aragonés Lambán y el extremeño Vara.
No sabemos que deparará el primer gobierno de coalición de la historia de nuestra democracia reciente. Lo que sí ha propiciado ya es un nuevo frente de conflicto entre los dos partidos mayoritarios castellano-manchegos. Estamos sujetos al devenir de la política nacional y es lógico que se hable de ello en los foros institucionales de Castilla-La Mancha, pese a lo cual es deseable que nuestros políticos centren sus esfuerzos principalmente en los problemas de la región y en buscar soluciones, y más aún ante la inestabilidad que se augura con un gobierno nacional apoyado por formaciones tan variopintas y con frentes tan delicados como el separatismo catalán y vasco o la fragilidad de la economía.