Como ya se suponía, el ministro de Universidades, el albaceteño Manuel Castell, está dando que hablar un día sí y otro también, y en ningún caso por cuestiones relacionadas con la gestión de su departamento.
Lo último que se ha sabido de él tiene miga y ha salido de su propia boca. Alguien escuchó su conversación con el periodista Manuel Campo Vidal en el restaurante donde ambos compartían mesa y mantel y se lo ha contado a Vozpópuli, que se ha hecho amplio eco de las palabras de Castell el indiscreto. Hablaba tan alto que era imposible no seguir su perorata desde las mesas próximas.
Al parecer se sentía muy alterado: “Esto está imposible; Madrid es una ciudad muy cara y aquí no se puede vivir con el sueldo de ministro, así que no he tenido más remedio que pedirle al presidente que me ayude a encontrar un alojamiento adecuado, uno de esos apartamentos propiedad del Estado que están por ahí desocupados, sí, sí, yo mismo le llamé, oye Pedro, me tienes que echar una mano con el tema de la vivienda porque esto es muy caro, estoy tirando de mis ahorros para vivir en Madrid y, claro, ese no es plan…”.
Castell no es pobre, pero tampoco está dispuesto a gastarse los ahorros de toda la vida. Recientemente se conocía que posee una casa en EEUU valorada en dos millones de dólares.
En cualquier caso parece que Pedro Sánchez le ha hecho caso, según cuenta Vozpópuli, ha atendido el ruego, y un edecán de Moncloa (“un tal Costa, un tío muy efectivo”) ha puesto manos a la obra por encargo del presidente y le ha presentado algunas alternativas de edificios de titularidad pública. “Y sí, he visitado ya un apartamento el otro día, pero aquello resulta que es un garito inhabitable, allí hay que hacer mucha obra para poder ponerlo decente”, aseguraba el ministro, que añadía que Moncloa se iba a encargar también de eso, de adecentar su futura residencia.
También cuenta que la cena de Castells dio más de sí ya que parte de ella se dedicó “a poner de vuelta y media a los líderes de la oposición, comentar con detalle la situación crítica por la que atraviesa el MWC barcelonés (la culpa de todo, vino a decir, es de las grandes compañías californianas que, ante la exhibición tecnológica que prepara la china Huawei con ocasión del evento, han decidido hacer mutis por el foro para no quedar en evidencia aprovechando lo del coronavirus), y adentrarse en asuntos de política exterior, concretamente con Bolivia”.
Y atentos a lo de Bolivia porque dice el ministro hellinero que el Gobierno Sánchez va a poner toda la carne en el asador para que el candidato de Evo Morales a la presidencia de dicho país gane las próximas elecciones. “La segunda vuelta la tenemos asegurada”, aclaró.
Pues eso, que un poco bocazas sí que es el ministro.