Es muy comentada la actitud del PP de Pablo Casado en relación con la forma en que el Gobierno está gestionando la crisis del coronavirus. A algunos les parece excesivamente moderada, sobre todo comparada con la actuación de Pedro Sánchez en el caso de la epidemia del ébola en 2014.
El PP se limita a apoyar la labor del Gobierno del PSOE y Podemos. Una posición muy distinta a la que mostró el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando Mariano Rajoy gestionó la crisis del ébola. Entonces, Sánchez calificó de “desgobierno” la situación, exigió la dimisión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, y acusó a Rajoy de ir a un hospital a “hacerse la foto”. Una foto que Sánchez se hizo la semana pasada al visitar la sala de control del Ministerio de Sanidad.
El Ejecutivo de Rajoy optó por repatriar a España a un religioso infectado en África. Durante la fase de tratamiento del sacerdote, la enfermera Teresa Romero se contagió de la enfermedad. El PSOE y Pedro Sánchez responsabilizaron al Gobierno de Rajoy del contagio e iniciaron una ofensiva parlamentaria y mediática feroz contra la gestión ‘popular’ de la crisis.
El ahora presidente del Gobierno acusaba a Rajoy de "descoordinación, desinformación… y en definitiva desgobierno" en todo lo referente a la gestión de la crisis. Incluso exigió la dimisión de la entonces ministra de Sanidad, Ana Mato.
¿Y qué decía Emiliano García-Page entonces, siendo alcalde de Toledo y secretario general del PSCM-PSOE, sobre el ébola y la gestión del gobierno del PP? Pues lo mismo que dice ahora Pablo Casado del coronavirus. O algo parecido. En todo caso su postura era diametralmente opuesta a la de su secretario federal, Pedro Sánchez.
Tal como recogió entonces la prensa, Page se refirió al contagio de ébola de la enfermera que trató al religioso García Viejo asegurando que esperaba que "pase la crisis" y apostando por generar confianza desde el Gobierno, "pero también desde la oposición", declaración que llevaba implícita una crítica a la dirección nacional de su propio partido, el principal de la oposición.
Fue durante un desayuno informativo con los medios de comunicación donde manifestó Page en aquel octubre de 2014 que "ahora más que nunca es necesario dar la cara", algo que se va a exigir también "al Gobierno regional" [gobernaba Cospedal].
"Está bien que hable la ministra, pero es importante que los consejeros asuman desde ya la responsabilidad de atender las demandas que se hacen desde los profesionales", decía García-Page, que lamentaba que hubiera "infinidad de casos de declaraciones tendentes a crear más crispación y desconfianza".
No especificaba quiénes eran los autores de dichas declaraciones, pero se entendía perfectamente. Y es evidente que no compartía la furia crítica de Pedro Sánchez porque ya no iban las cosas bien entre ellos, pero es cierto también que sus palabras respondían a la habitual prudencia que como gobernante caracteriza la forma de actuar de Page.