Page da la cara en una de las peores jornadas de su carrera política
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha vivido este jueves una de las jornadas más duras y complicadas de su ya larga carrera política.
Cuando lo tenía todo preparado para centrarse en la crisis generada por el coronavirus y ofrecer su primera rueda de prensa para hablar de la situación y explicar las medidas de su Gobierno, se encontró a primera hora de la mañana con la sorpresa más desagradable que podía esperar: El rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Collado, decretaba la suspensión total de la actividad docente presencial en el ámbito de la universidad, incluyendo las prácticas en empresas, organismos e instituciones a partir del lunes.
Collado anunciaba esta decisión desde las redes sociales, sin dar cuenta de ello al Gobierno de Castilla-La Mancha, que es del que depende la Universidad en varios aspectos, esencialmente el presupuestario. En el Palacio de Fuensalida cayó como una losa el anuncio y fuentes autorizadas explicaban que era una de las cosas más graves que pueden ocurrir. De hecho, el propio presidente, muy indignado, no ahorraba calificativos al referirse a la actuación del rector, asegurando que es "el peor ejemplo de disciplina con la autoridad sanitaria" y que le hubiera "gustado mucho" que la Universidad "se sometiera como todos los ciudadanos" a lo que dictamine la autoridad y que Collado le hubiera llamado. "Una cosa es la autonomía y otra cosa es ir por libre", sentenciaba.
Quizá ofuscado por la situación, Page ofreció diversos argumentos para justificar su decisión de mantener en funcionamiento los demás centros de enseñanza, indicando, entre otras cosas, que hay igual peligro de contagiarse de coronavirus en los columpios de los parques que en los recreos. Lo peor fue su insinuación sobre profesores, padres y alumnos de querer coger unas vacaciones a cuenta del coronavirus, lo que despertó la ira de sindicatos y demás colectivos afectados, por lo que en la segunda rueda de prensa del día pidió disculpas a los profesores que le hubieran podido malinterpretar.
Pero lo peor estaba por llegar. Y fue a partir del momento en que el Gobierno de Pedro Sánchez, a través del ministro de Sanidad, Salvador Illa, recomendó a todas las comunidades de España suspender las clases, lo que obligó al Ejecutivo castellano-manchego a cambiar los planes anunciados por la mañana. Así, el presidente firmaba por la tarde una resolución suspendiendo de forma indefinida desde este mismo viernes, 16 de mayo, la actividad docente en la Comunidad Autónoma a todos los niveles. En una segunda rueda de prensa para explicar el nuevo escenario, Page, visiblemente molesto con la situación y el trago de tener que enmendarse a sí mismo, dijo que la región "respeta y acata" la recomendación del Gobierno de España del cierre de todos los centros educativos por la crisis del coronavirus, aunque se había enterado de la recomendación "por televisión", igual que por la mañana se había enterado de la decisión del rector por las redes sociales. Page, arropado por varios miembros de su Gobierno, tampoco ahorró en esta ocasión indirectas contra Pedro Sánchez y críticas contra Miguel Ángel Collado, revelando claramente su estado de ánimo y malestar.
Todo esto ocurría en un día con sesión plenaria en las Cortes, con un PP pidiendo la dimisión de Page por su gestión del coronavirus y un PSOE acusando a los “populares” de estar contagiados del virus del oportunismo y de indecentes. Una jornada que algunos no olvidarán fácilmente y en medio de una crisis sanitaria sin precedentes que tendrá –tiene ya- repercusiones extraordinariamente negativas también en lo económico. Para Page ha sido uno de sus peores días en política, pero ha demostrado en otras ocasiones que se crece con las dificultades. Es lo que se espera en una situación tan complicada para todos.