El presidente de Castilla-La Mancha,Emiliano García-Page, parece haberse situado en la barrera para ver los toros de la política de estos últimos días tan inusuales como sorprendentes y convulsivos.
Tras muchos meses agobiado por la gestión de la pandemia en una de las regiones más afectadas por el virus y el peso de serios problemas en su ámbito personal y familiar como la muerte de su madre o la separación matrimonial, Page ha recuperado el tono y la plena actividad.
Con una situación sanitaria menos virulenta y un circo político montado en las comunidades vecinas no ajeno a lo que ocurre a nivel nacional, Page se muestra muy tranquilo e intenta transmitírselo a los castellano-manchegos con discursos como el del jueves, con el que mandoun claro mensaje de “estabilidad institucional a los ciudadanos de la región", frente al “avispero” político en el que está inmerso el país. “Tenemos los mismos problemas que en otras comunidades autónomas, y nos podremos equivocar, pero aquí hay rumbo y una estabilidad que ofrecen la solidez indispensable para afrontar esta crisis sanitaria y la recuperación económica y social”. Así de determinante y claro se está expresando estos días, con la convicción de que la crisis sanitaria se superará, volverá a crecer la economía y se normalizará la situación en Castilla-La Mancha, lo que favorecería sus intereses electorales con vistas a las autonómicas y municipales de 2023.
Por eso recuerdaque la mayoría parlamentaria del ejecutivo que preside ha propiciado “diálogo y consenso con la oposición y todo tipo de colectivos” e invita a la sociedad castellano-manchega a abstenerse del “ruido político” y seguir cuidando las medidas de prevención frente al Covid-19. También por eso compara la situación de Castilla-La Mancha con la de otras regiones y con el país en general.
Y lo hace últimamente tirando de ironía. Sus intervenciones públicas, sus declaraciones o su participación en tertulias televisivas están llamando la atención de muchos precisamente por el tono de distanciamiento y cierto humor que usa en las mismas. No solo ha sido la calificación de "avispero" con la que definía el jueves la situación política de España. El día antes, una vez que se conoció la presentación de las mociones de censura en Murcia, Madrid y Castilla y León o la disolución de la Asamblea de la Comunidad madrileña, Page divertía a la audiencia televisiva señalando que"lo que está pasando es como para que intervenga de entrada el 112".
Frases similares soltó en una tertulia en televisión el miércoles en la que participaron varios presidentes autonómicos, poniendo la nota desenfadada a un ambiente en general de cierta tristeza y pesimismo. Aparte de presentar su cara más amable, Page parece disfrutar de un momento muy favorable. Será por un convencimiento de que en Castilla-La Mancha “hay rumbo y solidez para afrontar la crisis sanitaria y la recuperación económica”. Y sin avispero.