Hace justo un año que el presidente Page insultaba gravemente a los docentes de nuestra región. En una inoportuna rueda de prensa, y visiblemente alterado y afectado, dijo que no iba a cerrar las escuelas porque algunos quieran quince días de vacaciones. A las pocas horas, como ya sabemos, tuvo que comerse sus palabras y cerrar colegios e institutos por la situación sobrevenida por la pandemia, que en un principio negaba.
Los maestros y profesores, a pesar del insulto, demostraron profesionalidad y grandeza, transformando el exabrupto recibido en trabajo y dedicación. Se han sobrepuesto a las palabras y los gestos groseros de un gobernante como Page totalmente sobrepasado, que no ha sabido adaptarse a las circunstancias y que ha cargado contra todos y contra todo aquel que le ha llevado la contraria.
Es ya conocido, pero conviene recordar que los docentes, sin formación específica para ello, levantaron de un día para otro un sistema de enseñanza a distancia que evitó la ruptura total del proceso de enseñanza y aprendizaje. Y eso solo se consigue porque estamos ante unos profesionales llenos de amor por su trabajo y sus alumnos.
Page los llamó vagos y ellos se dedicaron a trabajar más. Maestros y profesores, solo ellos, sin ayuda alguna de la administración regional, salvaron el curso desde marzo hasta el final. Y si eso ya es meritorio, lo de este curso es ya para nota y alta. Todo el mundo pensaba que el curso comenzaría en septiembre pero que en uno o dos meses tendríamos que ver las escuelas cerradas otra vez. Pero no, estamos ya en marzo, hemos sufrido la segunda y la tercera ola con dureza y los colegios están abiertos.
Los docentes se han expuesto con valentía al contacto con cientos de niños y con otros docentes, a pesar de que algunos aún puedan pensar, como lo hace García-Page, que son unos vagos.
Han tomado temperatura diariamente a los niños; han desinfectado mesas, sillas y objetos de la clase; han atendido online a los alumnos confinados; han diseñado recorridos en los centros para que el contacto entre alumnos sea el menos posible; han complicado horarios para que la distancia social en el periodo de recreo se pueda cumplir. Y a todo eso hay que añadir el trabajo habitual de clase que vienen realizando, como siempre.
Todos les debemos un reconocimiento por su enorme esfuerzo y profesionalidad. Y nunca podremos agradecerles lo suficiente lo que hicieron, hacen y harán por nuestros hijos. ¡Gracias!
Beatriz Jiménez Linuesa es vicesecretaria de Política Social del PP de Castilla-La Mancha