Este martes se ha conocido una nueva dimisión en Ciudadanos de Castilla-La Mancha que ahonda en la sangría de dirigentes, militantes y (seguramente) votantes que sufre este partido en toda España.
El coordinador de la Agrupación local de Ciudadanos en Albacete, Ángel Perea, ha anunciado la decisión de la Junta Directiva de dimitir en bloque en sus cargos orgánicos porque ven "imposible reconducir la situación" de la formación. Siendo grave la iniciativa de los miembros de la dirección de Ciudadanos en Albacete lo es más aún el rosario de acusaciones que han hecho al equipo de dirigentes del partido en la región, que encabeza como coordinadora la también albaceteña Carmen Picazo.
Precisamente Picazo ha convocado una rueda de prensa este miércoles en Toledo en la que dará su versión de lo sucedido. Se ha valorado que de la cara en momentos tan complicados en los que es difícil justificar la descomposición paulatina de la organización que preside Inés Arrimadas, sobre todo cuando las explicaciones vienen precedidas por hechos como el de Albacete.
Ángel Perea ha dicho que se van porque no les han permitido tomar partido en la toma de decisiones así como por la falta de comunicación con la coordinadora regional de Ciudadanos, a la que acusan de haber puesto una barrera insalvable para poder llevar a cabo el trabajo de reconstrucción y reconciliación con las bases de la agrupación local que pretendían. Al considerar imposible reconducir la situación han decidido dimitir.
Todo han sido problemas para ellos, según su versión. Ni se han puesto en marcha los comités, ni ha habido reuniones con los cargos electos, ni se ha contado para nada con los afiliados, "que pagan religiosamente su cuota". Tampoco les han permitido usar las redes sociales ni expresarse en los medios de comunicación. Ni ha habido desde hace semanas relación con la coordinadora regional, que habría obviado los problemas existentes.
Dicen que ya no reconocen al "partido en el que militamos" por culpa de las personas que "se han adueñado del proyecto".
La situación de Ciudadanos no es solo delicada en Albacete sino también en el resto de Castilla-La Mancha. Prueba de ello son las dimisiones que se produjeron en el grupo parlamentario regional, donde dos de los cuatro diputados optaron por abandonarlo. Son heridas que no se cierran y que amenazan con convertir a Cs en un partido marginal en Castilla-La Mancha sin representación en las Cortes.