Emiliano García-Page ha salido más reforzado de lo que ya estaba como líder del PSOE de Castilla-La Mancha tras la celebración de su XII Congreso regional, que se ha desarrollado durante el fin de semana bajo el lema "La fuerza de Castilla-La Mancha". Y así ha sido. Han hecho una demostración de fuerza, de unidad y de optimismo presente y futuro, sin ningún tipo de autocrítica y cierto grado de autocomplacencia, pese a la inquietante situación económica, política y social que vive la sociedad española.
Pero los congresos, sobre todo cuando hay paz interna en el partido, como es el caso, sirven para eso: para inyectar un chute de moral a los dirigentes, a la militancia y a los votantes en general. El cónclave de los socialistas castellano-manchegos de este fin de semana ha cumplido esa premisa con sobresaliente.
Tras esta celebración, Page no solo sale reforzado como líder del PSOE-PSCM sino también como uno de los principales referentes nacionales del partido. En el Congreso anterior tuvo que afrontar unas primarias con otro rival porque entonces su figura estaba siendo contestada en la región. Seguían muy abiertas las heridas del enfrentamiento con el sanchismo y había quien pensaba que era posible apearle de la secretaría regional. Page ganó de calle, pero el enfrentamiento fue un hecho. Y eso le afianzó en su idea de conjugar su apoyo efectivo al Gobierno de Pedro Sánchez con las críticas a algunos aspectos de su gestión, sobre todo los relacionados con la unidad nacional o el independentismo o con actuaciones concretas de sus ministros, especialmente lo de Podemos.
Esa estrategia le ha dado excelentes resultados y ha demostrado su enorme habilidad política para ser crítico con Pedro Sánchez sin que le pase factura. Todo lo contrario. En estos momentos el sanchismo está diluido en Castilla-La Mancha. Y a nivel nacional, el PSOE, tras su último congreso federal, parece haber virado hacia posturas más en línea con lo que defienden los socialistas castellano-manchegos que hacia la radicalidad de los primeros tiempos del sanchismo. Por la suma de todo ello, y porque nunca los socialistas han tenido tanto poder en Castilla-La Mancha, no hay contestación interna a Page.
Eso, entre otras cosas, es lo que ha transmitido el Congreso, que no es poco.