El diario El Mundo ha dedicado este miércoles un amplio e interesante reportaje a un joven invidente de Cuenca, llamado Sergio Vera, que es un mago de los videojuegos y ha conseguido el no va más: jugar sin lazarillo y de espaldas a la pantalla del televisor. Todo es cuestión de formación, de desarrollo tecnológico y de saber utilizar las nuevas técnicas de accesibilidad. Sergio perdió la vista hace 18 años, cuando era estudiante de Medicina, y su vida cambió radicalmente. Una hidrocefalia le dañó de forma irreversible el nervio óptico y, a partir de entonces, se vio obligado a dejar sus estudios, su casa y algunas de sus aficiones, pero no los videojuegos y los libros, a los que sigue enganchado.
El reportaje, dos magníficas páginas firmadas por Raquel Díaz, muestra a un joven que es un prestidigitador de los juegos y, pese a su ceguera, es capaz de poner en marcha todos sus dispositivos sin ayuda hasta seleccionar la partida deseada. Sergio Vera juega incluso de espaldas a la pantalla, accede por los oídos a los gráficos y da de forma autónoma a su consola las órdenes que necesita para arrancar. La empresa Naughty Dog fue la que hizo realidad su sueño de seguir jugando cuando desarrolló una tecnología de accesibilidad que permitió a Sergio recuperar su afición.
En España existen más de un millón de personas con discapacidad visual y, gracias a la evolución de las tecnologías táctil y sonora, muchos pueden disfrutar de los videojuegos. Sergio participa, en este sentido, en el proyecto Gally de la Fundación ONCE y lo hace a través de su propia iniciativa, llamada "Videociegos", centrada en desarrollar juegos y tecnologías accesibles para las personas con discapacidad visual. Pero este invidente conquense no se pone fronteras y quiere llegar más allá: ahora mismo está disfrutando con el juego "God of war: Ragnarök", candidato a mejor juego del año que ha vendido más de cinco millones de copias de todo el mundo.
Este juego supone un gran reto y exige mucha atención, incluso para las personas videntes, pero Sergio es capaz de usarlo con soltura. Nadie creería que no ve absolutamente nada, pero así es: utiliza el juego con tal habilidad y destreza que es increíble. El juego tiene cantidad de gráficos y sonidos, pero Sergio sólo percibe sonidos y es capaz de superar todos los obstáculos, imaginar personajes, bosques y montañas y parecer un auténtico veterano, aunque no lo es. De hecho, explica el reportaje, llevaba casi 20 años sin disfrutar plenamente de un juego y necesitaba ayudas de otras personas, pero las nuevas técnicas le están ayudando mucho.
Actualmente su mujer, Marta, es su gran apoyo, además de su familia. Se conocieron en el club de lectura de novela negra Las Casas Ahorcadas de Cuenca, que preside el propio Sergio, un apasionado de la literatura que gracias a los audiolibros ha podido volver a disfrutar de las historias. Incluso él mismo ha escrito un libro, titulado "Quién pilló al lobo feroz", destinado a los niños. La de Sergio es una gran historia.