Bono y el pisito del millón de euros, Page con Mariano y Andrés Iniesta y Adolfo se ponen a dieta
En fin, que José Bono ha vuelto por dónde solía. Es decir, los medios, la popularidad y la tele. Confieso que le echaba de menos, porque algunas columnatas nos da y un poco de vidilla mediática, que falta nos hace en medio de tanta mediocridad ambiental. Bono, ya se sabe, es uno de mis santos laicos de cabecera y verle aparecer ahora todos los días con sus haches aspiradas y sus chascarrillos manchegos es un alivio. Este lunes por la mañana es noticia el hombre, aparte de la superentrevista del fin de semana en la Sexta, por el pisito millonario que tiene en la calle Velázquez de Madrid, vistas al Retiro, y del que vuelven a contarnos cosas en el Vanitatis de El Confidencial. Jugosito y tal. Un ático a todo tren. Que si es vecino de Felipe González y Javier Bardem, que si cuesta -agárrense- la friolera de 1,6 millones de euros, que si tiene 291 metros cuadrados... o sea, el colmo del socialismo couché que tanto mola a las izquierdas, como se viene viendo.
En la Sexta Bono estuvo tan sembrado como siempre y le salió el patriota españolito que lleva dentro frente al separatismo catalán y con las ideas muy claritas, que ya nos gustaría que todo el mundo las tuviera entre los que mandan hoy en el PSOE. El Bono más contundente y explicao dejó claras sus opiniones sobre Carles Puigdemont y el descomunal disparate en el que se ha metido, a él y a Cataluña, y las vías para salir de esta crisis: la Constitución, el 155, la ley, el orden y la cárcel, si llega el caso. Sin pelos en la lengua. Tampoco el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, los tuvo el otro día, cuando se fue a la Fiesta Nacional y largó fino y bien en defensa de la unidad de España y en apoyo del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para aplicar el 155 y lo que haga falta frente al desafío. Page estuvo brillante y en su sitio, aunque tardío y calculador, no se vayan a enfadar sus socios de Podemos: nadie en Castilla-La Mancha llegó nunca tan lejos con tan poco como este José García Molina, que se ha colado el hombre de vicepresidente de la Junta con un puñado de votos, tres piruetas y un par de chantajes.
O sea, Castilla-La Mancha en el corazón. Reciben este lunes en Toledo los Premios Columela como embajadores de la dieta mediterránea tres grandes de lo suyo: el albaceteño Andrés Iniesta, el tiralíneas mágico; el toledano Adolfo Muñoz, entre fogones anda el juego, y el periodista César Lumbreras, el radiofonista del millón de oyentes. Tres figuras, tres estilos, tres artistas. Todo por la dieta. Mediterránea.