Editorial

El reto de Page ante el primer presupuesto de la región con gobierno bipartito

4 septiembre, 2017 00:00

Desde el viernes pasado están vigentes los nuevos presupuestos generales de Castilla-La Mancha para 2017 surgidos del segundo intento del Gobierno de Emiliano García-Page para sacar adelante las cuentas de este año, cuya puesta en marcha casi coincide con la fecha obligatoria para presentar el proyecto de ley de Presupuestos del próximo año, que se cierra reglamentariamente el 1 de octubre. Pese a que los socios de este nuevo gobierno castellano-manchego, que preside Page y pretende controlar José García Molina, hablan de que han iniciado negociaciones con vistas a establecer los acuerdos necesarios para la presentación de los siguientes presupuestos, dudamos de que vayan a estar disponibles antes de que acabe el año e incluso se puede pensar que no lleguen a las Cortes antes de mediados de 2018.

Puesto que el pacto Page-Podemos depende fuertemente de factores externos a la política regional y de que el futuro de Molina está unido a dicho pacto, los morados tratarán de alargar en lo posible la vigencia de los presupuestos de 2017 para evitar que Page tenga la tentación de echarles de su gobierno cuando se aprueben los del 18, que serán probablemente los últimos de la presente legislatura. Que Podemos haya empezado ya a amenazar con abandonar el Gobierno si Page no cumple sus compromisos, como ha hecho la numero dos del partido en la region este fin de semana, es un disparate que revela únicamente cómo los podemitas se han integrado en la "casta" haciendo uso de sus mismas tretas estratégicas y propagandísticas.

Mientras tanto, se abren numerosos interrogantes sobre la gestión en los próximos meses de lo aprobado el viernes en las Cortes, en las que se produjo un ejercicio de parlamentarismo circense que se viene repitiendo con insistencia en esta legislatura, en la que se están sucediendo algunos hechos nunca conocidos en la historia política de Castilla-La Mancha, empezando, claro está, por el rocambolesco proceso que se ha seguido para aprobar los presupuestos desde que Podemos "traicinó" al PSOE hasta la entrada de este partido en el gobierno "traicionado" de Page. Quizá sea lógico todo lo demás, pero sería conveniente que los actores principales de este teatrillo con tufo de astracanada y atisbos de autoritarismo reflexionen en torno a lo que está ocurriendo y se centren de verdad en el gobierno de la cosa regional. PSOE y Podemos han perdido dos preciosos años discutiendo sobre su noviazgo, lo cual es una verdadera pena para nuestra Comunidad. Nombrar toda una consejera encargada de coordinar el Plan de Garantías Ciudadanas  o tener un director general de Participación Ciudadana quizá sea importante para Castilla-La Mancha a tenor del clamor que hay en la calle en ese sentido, pero creemos que es tiempo de abordar los verdaderos problemas de la región después de la larga crisis en la que ha estado sumida y a las puertas de una recuperación económica que a tenor del crecimiento del empleo y de la actividad productiva es ya una realidad. Es el reto al que Page debe hacer frente en los dos años escasos que le quedan de legislatura.