Editorial

Confusión e improvisación del consejero Felpeto en el comienzo del curso en Castilla-La Mancha

11 septiembre, 2017 00:00

Ángel Felpeto es un político serio y respetado que intenta honesta y profesionalmente hacer un buen trabajo como consejero de Educación de Castilla-La Mancha. Es una tarea compleja que requiere buenas dosis de coordinación y organización interna y un talante abierto y negociador para entenderse con un sector clave y fundamental para la sociedad castellano-manchega. La gestión de Felpeto, a veces cuestionada, se valora generalmente en positivo, una veces con aciertos y otras con fallos.

Y precisamente en esta parte de los errores hay que situar el episodio de la reducción del horario lectivo que tuvo lugar la pasada semana y con el que se ha provocado una fuerte confusión en los centros educativos, que ahora tendrán que reorganizar sus horarios y vivir unos días de mayor carga de trabajo organizativo hasta que finalmente puedan ajustar su funcionamiento y normalizar la situación. En un momento tan complicado como el inicio del curso, esta improvisación de la Consejería de Educación no ayuda a hacer bien las cosas y así lo han denunciado algunos sindicatos, con toda la razón.

La reducción de horarios en la Educación de Castilla-La Mancha nos parece una medida positiva y demandada por los docentes, y bajo este punto de vista, sólo hay que apoyar la decisión, aunque creemos que la forma en que la Consejería ha puesto en marcha este asunto es manifiestamente mejorable.