El PSOE lleva mucho tiempo lanzando de idea de convertir a España en un Estado federal a partir de la superación del actual Estado de las autonomías. La grave crisis catalana ha reabierto el debate y se ha impulsado la creación en el Congreso de una importante comisión parlamentaria para modernizar y mejorar el Estado autonómico. Se supone que este cambio federal en el modelo de país significaría un avance político y social para el conjunto de los españoles, pero los socialistas todavía no han explicado el sistema federal concreto que quieren aplicar, cuáles serían sus objetivos, en qué consistiría y sobre qué bases, principios y estructuras fundamentales se construiría. Es decir, el PSOE habla de un Estado federal pero no explica lo que quiere hacer, ni cómo hacerlo, y sobre todo cuáles serían los beneficios de este cambio de sistema para la sociedad española. Se les supone la buena voluntad, pero harían bien en desarrollar la idea a fondo.

A este discurso más o menos recurrente del PSOE se ha sumado esta semana el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, partidario, según ha dicho, se superar el Estado autonómico y llevar a España al Estado federal. En su argumentación sobre este relevante asunto Page ha reconocido que no tiene una "opinión cerrada" al respecto y que se trata de un debate abierto en el seno del PSOE sobre el que todavía queda mucho por discutir, dando así un nuevo rodeo en bucle a una vieja idea pero sin aclarar nada nuevo al respecto. Sería conveniente que los líderes políticos que, como García-Page, son partidarios de reformar el Estado hacia la vía federal explicaran alguna vez a los españoles siete cuestiones básicas: quién, qué, cómo, dónde, cuándo, por qué y para qué.