Se ha convertido ya en un asunto recurrente de la política en Castilla-La Mancha especular en torno a una hipotética ruptura a lo largo de 2018 del pacto de gobierno que actualmente mantienen el PSOE y Podemos en la Junta de Comunidades y que permite a Emiliano García-Page ser el presidente regional. Todos los partidos hablan de este asunto y alimentan los rumores y comentarios en torno a una supuesta crisis de gobierno que llegará presuntamente dentro de unos meses con la imaginada intención de que el PSOE y sus socios podemitas lleguen separados a las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019.

Nada hay de realidad por el momento al margen de estas especulaciones pero está claro que ninguno de los tres partidos con representación parlamentaria en las Cortes de Castilla-La Mancha descartan esta hipótesis de la ruptura e incluso juegan con ella y dan rienda suelta a la rumorología. El PP es el principal partido que habla de esta opción, aunque el PSOE y Podemos coquetean con ella y aprovechan la coyuntura para criticar a los populares y pedirles que no hagan más especulaciones en torno a un asunto que socialistas y podemitas también dejan interesadamente abierto, tanto en público como sobre todo en privado.

Sea como sea, lo cierto es que el pacto está vigente y ha empezado 2018 con mucha fuerza y con los presupuestos regionales aprobados, una circunstancia claramente indicativa de que, al menos por ahora, la intención del bipartito que gobierna en Castilla-La Mancha es seguir unido y mantenerse en el Ejecutivo regional. Si finalmente ese pacto se rompiese a la largo de 2018 o principios del 2019, está claro que no sería más que una estrategia electoral de pura simulación política.