La economía castellano-manchega progresa adecuadamente pero sigue a la cola
Las noticias económicas traen sensaciones agridulces para Castilla-La Mancha. Los que vean el vaso medio lleno se fijarán en el hecho de que la economía castellano-manchega ha mejorado significativamente su competitividad en los últimos años y ha podido así recuperar sus niveles anteriores a la crisis, aunque los más pesimistas se quedarán con el dato demoledor de que nuestra comunidad sigue en el furgón de cola de la economía nacional, junto a Andalucía y Extremadura, las tres regiones menos competitivas en estos momentos en España.
Son los datos publicados esta semana del estudio "Índice de Competitividad Regional 2017", editado por el Consejo General de Economistas, el Colegio de Economistas de Murcia y el Consejo Económico y Social de esa misma región. Según este documentado informe, sólo Extremadura no ha conseguido mejorar su competitividad y recuperar los niveles precrisis, aunque no todas las regiones disfrutan de los mismos niveles económicos. La competitividad mejoró de forma generalizada en las comunidades autónomas españolas durante el periodo 2008-2016, si bien la Comunidad de Madrid, Navarra y País Vasco tienen una situación económica y competitiva mucho más favorable. Castilla-La Mancha es de las regiones que peor se están recuperando.
Así las cosas, parece evidente que nos queda mucho por hacer. La economía castellano-manchega progresa adecuada pero lentamente y, desde luego, con peores indicadores que la mayoría del país, salvo las ya citadas Andalucía y Extremadura. La España del Sur juega a un ritmo muy diferente y eso socialmente se paga con menos riqueza, menos recursos y más problemas económicos. Es verdad que mejora el empleo pero el camino que le queda por recorrer a Castilla-La Mancha todavía es largo y tortuoso.