El Alcaná

La Venezuela de España

7 agosto, 2017 00:00

Esta semana el secretario general de Podemos en Castilla la Mancha, José García Molina, presentará su dimisión como vicepresidente primero de las Cortes y será sustituido por su compañera de partido, María Díaz. Son los movimientos previos a la integración de la formación morada en el Ejecutivo de Emiliano García-Page, un experimento como el propio Echenique advirtió y del que el PP ya alerta diciendo que Castilla la Mancha se convertirá en la Venezuela de España. Parece que las calores derriten los sesos y no dejan cabeza buena.

Hablar de la Venezuela de España es pintar con la brocha gorda de Manolo y Benito, los inventores del gotelé. El peperío hace bien en escamarse de la nueva situación política, pero eso no debe llevarlo a la desmesura por sistema. Sólo con ver lo que estos últimos días sucede en Venezuela, con muertos y presos políticos, ya valdría para desacreditar tan bárbara afirmación. Las elecciones no se ganan al peso ni por el grosor o veneno de la lengua. Manca finezza.

El PP tiene una ocasión de oro para fajarse en la oposición. Podría dar titulares cada día únicamente relatando el dietario del experimento, pero eso requiere pincel fino y agudeza visual. Los consejos de gobierno pueden ser abracadabrantes, con Emiliano y Molina mirándose por el rabillo del ojo y un plan de rentas y dos huevos duros. La puñalada y la traición nunca se llevaron tan bien. La izquierda nos ha salido más católica que el Cabildo de la Catedral. Ego absolvo a peccatis tuis.

Mientras tanto, Molina se graba vídeos en el Facebook y parece El Deseo, la productora de Almodóvar. Este chico va a firmar el Diario Oficial de Castilla la Mancha por Twitter. Las disposiciones de gobierno, a Instagram. Y los consejillos sectoriales, vía wassap. Son las normas de la nueva política. Entre tanto, a Emiliano le salen rivales en Azuqueca y Cuenca. Parece mentira que los suyos no lo conozcan todavía. Page es capaz de tumbarlos a todos sin levantarse de la silla. No ha sido el año del presidente, pero quien lo dé por muerto, va dado. Se ha hecho pequeño y ha tragado quina, y ahora va a ser el abanderado de lo que Pedro busca para España. Con una diferencia, espero. La del sentido común. Molina y Page modulan los diapasones y aquí nadie verá expropiaciones ni mandangas. Puede que deuda y déficit, sí. Lo que se dejen mutuamente.

Comenzamos una etapa política apasionante, de platillos y equilibristas en acción. Falta el negro que se tira del avión, pero ya vendrán los del Puy de Fu con los romanos y leones. Emiliano calla, aguarda su turno y la aprobación de los presupuestos. Es un superviviente nato. Comienza a recordarme a José Manuel Molina, aunque con unos vuelos mucho más altos. La comparación no le gustará, pero hay algo en él que es importante en la vida y la política. Tiene baraka y la sabe jugar. Si lo mandaran a la isla de los supervivientes, terminaría hablando con los caimanes. Y Molina, grabando un vídeo de cómo hizo el fuego. Al PP le queda afinar, dentro y fuera de sus propias filas. Se busca candidato solvente. Razón, Buenavista, 27.