El Alcaná

El viento que sopla a Rivera

29 enero, 2018 00:00

Albert Rivera ha presidido en Toledo la ejecutiva nacional de su partido durante dos días en los que los miembros de Ciudadanos han analizado el inicio del año político. Un vendaval de desproporcionadas dimensiones irrumpió durante la intervención de Rivera ante los medios de comunicación, que se desarrolló en el Cigarral Viñedos de Santa María, del gran Adolfo Muñoz. La tentación de utilizar las vistas de la ciudad para la puesta en escena hizo que el acto se realizara al aire libre, en la terraza desde la que se divisa Toledo como un portal de Belén. El viento complicó la rueda de prensa hasta el punto de dificultar la audición del líder y lanzar objetos volátiles hacia el suelo. Rivera abrevió al final, dadas las circunstancias. Los periodistas lo agradecimos, pues había serio riesgo de morir helados en una fría mañana de viernes toledano. Cuando leí que el viento de las encuestas soplaba a favor de Ciudadanos, jamás pensé que fuera de una manera tan literal.

Rivera se encuentra ahora ante la disyuntiva de su vida. El éxito de Cataluña lo ha catapultado en el resto de España, que ahora sí cree que hay un líder y un proyecto alternativo al de Rajoy para defender la unidad de la nación desde un punto de vista liberal. Sucede, sin embargo, que el crecimiento de Ciudadanos pasa, inexorablemente, por la caída del PP, el aliado parlamentario al que presta sus votos para facilitar el Gobierno de España. Nunca se llevaron bien y se miraron de reojo, pero ahora la cosa pasa de castaño oscuro. En Génova ya existe pavor a que el ciclón Arrimadas arrase el resto de España. La corrupción es una factura vencida que el PP no pagó en su momento y cuyos recibos llegan devueltos ahora en forma de juicios y banquillos. Rajoy permanece como la cariátide, pensando como siempre que no hacer nada solucionará los problemas. Pero la situación de Cataluña ha abierto la caja de Pandora y los vientos son incontrolables para todos.

La victoria de Ciudadanos en Cataluña demuestra que lo único que puede vencer al nacionalismo es la lucha frontal contra él, la guerra definitiva contra sus mitos y mentiras. Estos días puede verse en el cine El instante más oscuro, la película que cuenta el ascenso de Churchill al poder en mayo del cuarenta y su decisión de luchar contra Hitler hasta el final, pese a las voces de Chamberlain y Halifax, que proponían una derrota honrosa que salvase la vida de miles de británicos. Churchill dice en un momento de las discusiones que es imposible pactar con un tigre cuando tienes metida la cabeza en su boca. Y así es. Si hay que caer o morir, hay que hacerlo matando, nunca arrodillándote ante quien además se ha pasado la ley por el forro de sus cojones. Puigdemont, básicamente. Es el mensaje que Ciudadanos ha sabido desarrollar ampliamente en esta crisis. El Gobierno, bastante tenía con llevar a cabo el ciento cincuenta y cinco y quitarse de encima sus complejos y las ínfulas de Soraya, que se han demostrado catastróficas. Veremos qué ocurre esta semana.

Mientras tanto, Rivera tiene que domar los vientos que le piden una ruptura definitiva con el PP para adelantar las elecciones y aprovechar su buen momento. Podría ser una opción, aunque debiera explicarla. Motivos hay, pues la corrupción es alargada y no parece tener fin. Para colmo, se estrena la película de Spilberg sobre los archivos del Pentágono y Pedro Jota ya coloca a Rajoy en la escalera que siguieron Nixon y González. La cárcel de papel es así, lenta pero inexorable. Sin embargo, Rivera también podría aparecer ante buena parte de la opinión pública como un mero oportunista que pretende aprovechar la bonanza de los vientos que soplan a su favor. Si no ha roto antes con el PP, por qué lo hace ahora. En eso deberá articular un buen discurso pedagógico.

Y también deberá articular una organización con implantación nacional, que en algunos territorios ha sido famélica. En Castilla-La Mancha, Orlena de Miguel aprende a marchas forzadas y es obligación suya dejar atrás el infausto recuerdo de Ángel Ligero. Es lista, intuitiva y se queda pronto con la copla. Tendrá que pactar con Page o Tirado y ahí será la reina de la región, siempre y cuando Molina la deje y no ceda su cetro de los Ferrero Rocher. Rivera vino a Toledo y Eolo le demostró con más fuerza que nunca que, aunque los vientos soplen a favor, hay que tener maestría y destreza para domarlos. La audacia es sólo de los valientes.