Las primarias se calientan
Carlos Velázquez hizo públicas este sábado en Torrijos las presiones que está recibiendo de la dirección del PP en la comunidad autónoma para que retire su candidatura de la carrera sucesoria de Cospedal. El relevo de la todopoderosa secretaria general resulta más difícil de lo esperado con la aparición en escena del alcalde de Seseña. Los cuadros del partido habían dispuesto una transición ordenada en la persona de Francisco Núñez, sin contar con el surgimiento de ningún otro actor político. Los planes de Tirado y Serrano se han ido al traste después de que Charly se haya tirado al ruedo. Es lo que tienen las primarias; se sabe cómo empiezan pero nunca cómo terminan.
No me sorprendió que Núñez diera el salto el mismo día del adiós de Cospedal y Tirado. Tenía muchas ganas y eso era algo que a la legua se veía. Lo que me impactó fue la manera de anunciarlo y, sobre todo, que lo tuviera tan cerrado con la dirección. El alcalde de Almansa es uno de los grandes activos del PP por su juventud, no exenta de experiencia. Formado en las Nuevas Generaciones de Castilla-La Mancha, de las que fue presidente, conoció a su mujer en el partido de Guadalajara y se casó con ella en Toledo. Es trabajador como pocos, tenaz y constante, pero su carácter temperamental lo ha perdido en más de una ocasión y el látigo de su verbo no siempre ha estado bien dirigido. A Núñez le tienen preparados ya dossieres desde su pacto de perdedores hasta Gibacars, pasando por sus refriegas en el Parlamento, donde Vaquero, en plan reina madre, cumplió su papel.
Velázquez se curtió en el PP de Toledo, las doce tribus de Israel abiertas en canal hasta que llegó María Dolores. Fue con ella y tampoco se unió del todo el partido, pues en la memoria está lo sucedido en el último congreso provincial. Charly entró de presidente y salió de coordinador; con mala leche, alguien dijo que si dura algo más el cónclave se queda de portero en el mostrador. Es éste, sin duda, el episodio clave para entender su decisión. Si una vez te engañan, la culpa es de quien lo hace; si son dos veces, la culpa es tuya. Y es por eso que, como espontáneo en los toros, ha saltado a la arena burlando los controles del callejón. Las primarias se calientan.
La cúpula del partido está con Núñez y eso le perjudica ante las bases jóvenes y los militantes de nuevo cuño. A veces, que te apoye el organigrama entero tiene sus riegos; que se lo digan al PSOE. Aunque el peperío no es tan díscolo y ácrata como los socialistas, nunca hay que descartar nada. En torno a Núñez se han unido los que mandan y eso puede dar idea de caspa, viejo o antiguo. Es cierto que Velázquez corre el riesgo también de que a su alrededor se junten los cabreados, exiliados y rebotados. De la candidatura de los de siempre a los que fuman en pipa. Un sindiós para el militante.
Creo que es una buena noticia que el PP haga primarias en la región. Ya sabemos que las carga el diablo y hay que tener cuidado con no abrir heridas que luego cueste cerrar. Hasta el PSOE de la región las hizo, cuando Sánchez dejó el Peugeot a Blanco para arrollar a Page. Pero Emiliano fue más listo, le sacó las casas del pueblo, y dejó el Peugeot arrumbado en un desguace de Azuqueca. Ahora es el turno de Núñez y Velázquez. He echado en falta un debate serio entre ambos para calibrar la altura política de sus propuestas y liderazgos. Nada es perfecto. Hace unos años, las primarias en la derecha hubieran sido un sueño, un imposible, una quimera. Esta es la confirmación real de que los tiempos han cambiado y de que la Primitiva puede tocar en forma de complementario.