Podría ser una novela de Hemingway, un documental de la dos o el título de una promoción turística. Pero no, es el culebrón del verano, la vuelta de la beautiful people, la resurrección de la carne. Para quienes no sepan de qué hablo, ya están tardando en buscar la historia. Puede encontrarse fácilmente y sin complicaciones, aunque yo aquí les daré unos apuntes.
Sol es una joven brasileña o portuguesa, bellísima, que trabaja como chica de compañía. Salmones, un empresario mexicano divorciado que contrata sus servicios. Ambos acuden una mañana de domingo al club de la Moraleja, donde viven los últimos elementos de la clase alta madrileña. Allí está la exmujer de Salmones, que pertenece al Club de las Primeras Esposas. Una testigo relata que la morena se puso en top less y lucía unas tetas “mejores que las de las revistas”, y a voz en grito comenzó a decir “de quién son estos melones”. La situación se fue complicando, entre otras cosas, “porque llevaba el tanga más pequeño que he visto en la vida”. De tal manera que fue invitada a abandonar entre el escándalo de algunos, el chismorreo de otras y las sales de las de más allá. La joven se resistió y llamó a la ex que protestaba y su grupito de “viejas malfolladas”.
Entró el socorrista en escena, que en lugar de hacerle un boca a boca, lo que recibió fue un mordisco de la boca brasileira. La escena fue grabada por una de las señoras del Club de las Primeras Esposas y el vídeo ha dado la vuelta al mundo. De fondo, el señor Salmones, con unos pantalones del mismo calor, deja que la escort riña y se defienda por su cuenta sin entrar en escena. Dicen que es ejecutivo experto en operaciones de riesgo, pero esta le salió rana y no calculó bien. Ahora es portada de memes, escultura no deseada y Torrente veraniego. Ha tenido que llegar una brasileña y un cornudo para recuperar el destape y el destete de los tiempos de la Transición. Ya era hora, con tanta mojigatería progre de discursos cerbatanas. Faltaron Esteso y Pajares o Antonio Ozores y su proverbial verborrea. Va a resultar entonces que esta será la única forma de reivindicar aquellos años sin que te apliquen la ley de memoria demagógica.
Hay quien sostiene que el mexicanito güey orinó en mitad del club de La Moraleja, por lo que ya hay quien pide su expulsión inmediata. Otros consideran que ha dado tanta fama al club que la que debiera irse es su exmujer y no él, candidato a una nueva estatua a las puertas del campo de golf o a salir a hombros en el próximo San Fermín. Las acciones del club se han revalorizado como la pólvora y Sol dice que ella lo único que hizo fue acompañar a su cliente hasta el final. Gran profesionalidad la suya, pues Sol se pone donde quiere y dora solo los salmones que elige. Otra cosa son los chicos adolescentes de la pareja rota, que supongo abochornados en estos días de gritos, vídeo y rosas.
Desde Olvido Hormigos ningún choteo del verano me había puesto tanto como el de este Salmones, viejo remedo de aquella beautiful de los ochenta. A Marta Chávarri se le vieron las intenciones y abortó una operación financiera de los Albertos. Vete tú a saber si los pechos de Sol no han dado al traste con alguna de Salmones o similar. Intuyo al Ministerio de Igualdad de Irene Montero redactando ya el decreto de cierre del club, arguyendo machismo con una foto de Nueva York al fondo. El señor Salmones para unos es un crack y para otros, un villano. Sol hace entrevistas y entrará en los programas de televisión más pronto que tarde. Estos dos me han vuelto a meter en vena las revistas del cuore, que se habían vuelto aburridas. Desde que Jorge Javier se convirtió en activista, ya nada era brillante ni divertido. Salmones, queremos un hijo tuyo; pero a distancia, como en el vídeo. Le ha disputado el protagonismo a Pedro Sánchez la semana del Debate sobre el Estado de la Nación. Su cuajo es parecido al del presidente. Igual es el próximo ministro de Exteriores y no lo sabemos.
No obstante, mi solidaridad con el Club de las Primeras Esposas. Son prístinas, elementales, pero avanzadas. Nadie puede venir a discutir los derechos. Hasta ahí podíamos llegar. Para qué sirven los tratamientos de belleza si luego viene una fulana y te pone a parir. Ya llegará ella a cacatúa y se le caerán los senos. Las maldiciones habrán sido bíblicas, porque la ofensa fue bíblica. La testigo que cito dice que se enfadaron cuando las llamó “viejas malfolladas”, más por lo primero que lo segundo. Esto último tiene remedio; lo otro, no tanto. Pero el tiempo pasará inexorable también para ella, en tanto que de rosa y azucena. Mientras, Sol y Salmones son la pareja del verano. Amor, vida, si tienes influencia ya sobre él, dile que se cambie las bermudas. Hay cosas peores que unos cuernos y unos zapatos de rejilla.