Page, todos los días son 8 de marzo
Castilla-La Mancha ha alcanzado una edad histórica como autonomía democrática de más de 36 años, de los cuáles la mayoría ha sido gobernada al antojo del Partido Socialista, imprimiendo esta circunstancia un equivocado sentido de la propiedad de la izquierda sobre este territorio, que difícilmente el actual presidente de la autonomía, Emiliano García Page, será capaz de superar, porque él mismo fue parte temprana de las maneras del Gobierno de la izquierda en Castilla-La Mancha.
La entrada de la mujer como integrante del Gobierno Autonómico en Castilla-La Mancha fue notablemente minoritaria en un principio, pero gracias en gran parte a la contribución del Partido Popular, que consiguió entre otras cosas la presencia en sus filas de la primera y única mujer diputada regional en las Cortes de Castilla-La Mancha durante la primera legislatura del Parlamento Autonómico, Consuelo García Balaguer, se abrieron las puertas a las mujeres que más tarde se incorporarían.
No podemos olvidar por supuesto, que la primera mujer presidenta de nuestra Comunidad Autónoma ha sido María Dolores Cospedal, que ha podido gestionar esta región con eficacia, en los peores momentos que se han conocido para nuestra tierra, devolviendo el equilibrio económico a una comunidad que vio como el partido socialista le robaba el presente y el futuro.
Y es esta última precisamente, María Dolores Cospedal, la que parece quitarle el sueño a Page, a tenor de las descalificaciones y ofensas continuas que este último confiere a quien ha conseguido en dos ocasiones sucesivas vencerle electoralmente.
La rabia y el rechazo de Page hacia Cospedal ha dejado a la vista lo peor que puede mostrar cualquier hombre, se dedique o no al plano político, que es proyectar verbalmente hacia una mujer descalificaciones, insultos e insinuaciones que nada tienen que ver con el debate político y sí con el desprecio personal por una cuestión de género.
“No saben hacer nada sin la chacha y lo cierto es que no pienso que Cospedal sepa pasar la aspiradora”. Esta vergonzosa y ruin frase de Page a Cospedal nunca se hubiera producido si el destinatario hubiera pertenecido al género masculino. Pero salió de los labios de Page (un hombre) hacia Cospedal (una mujer) con una falta de respeto conscientemente articulada.
El autor de la frase anterior, el actual presidente de la Autonomía de Castilla-La Mancha, que es el único presidente de una comunidad autónoma de toda España reprobado por machista, ha declarado también que su objetivo es que aquí (en la región) no pueda volver (a gobernar) ni Cospedal, ni Cospedal dos ni Cospedal tres.
En definitiva, en su discurso político nunca falta la alusión contra su gran obsesión, Cospedal, a la que siempre se refiere de modo parcial, malicioso e interesado.
¿Miedo a una mujer? ¿Complejo de inferioridad? ¿Pánico a seguir perdiendo elecciones?
Tanto es así que últimamente es incapaz de articular un mensaje positivo como Presidente, porque probablemente no lo tenga, ni soluciones sobre las que trabajar en la región.
Es éste Page, por cierto, es el que apareció en una fotografía de prensa aplaudiendo a una mujer oculta bajo un niqab o burka. En un acto público.
Quien enarbola la bandera de la igualdad, el feminismo y contra el maltrato a la mujer dentro y fuera de las filas socialistas, al tiempo que practica el machismo más recalcitrante con su adversaria política, solo tiene una definición, un completo hipócrita. Como gobernante no tiene desperdicio, como persona aún menos.
Señor Page, todos los días son 8 de marzo; señor Page, todos los días hay que luchar contra los comportamientos machistas.
Valle Arcos Romero. Concejal del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Toledo