Hoy más que nunca, en estas fechas en las que todo el mundo se desea buenas intenciones y se trasladan deseos de paz, se hace necesario pararse a pensar en lo que podemos cambiar para llegar a un bien común.
En una región como la que vivimos, donde viven un 33% de las personas en situación casi de exclusión social y con una tasa de desempleo dos puntos por encima de la media nacional. En una localidad como la nuestra donde en octubre ya nos avergonzábamos con un 68% de tasa de desempleo, dos puntos más que el año pasado, además de perder población desde 2010, los deseos de paz son eso deseos desde lo más necesario, desde la necesidad real de querer tener un empleo y una vivienda digna.
En un momento como el actual donde la violencia de género se cobra la vida de 55 mujeres y algunos grupos políticos menosprecian a las víctimas y a quien las apoya con datos falsos y llenos de odio, el deseo de paz es cada vez mayor.
En un mundo donde el plástico nos ahoga y no hay acuerdos reales de cambio para salvar nuestro planeta, o donde los protagonistas del portal de Belén se ahogan en el mar, 269 personas muertas sólo en la ruta del mar para llegar a España, según cifras oficiales. Hoy más que nunca los deseos de paz son cada vez más necesarios.
Y ese es nuestro momento actual, tanto fuera como dentro del Ayuntamiento, donde se gobierna a espaldas del ciudadano, se aumentan las tasas y precios públicos en su perjuicio, sin importar el sufrimiento real de las familias. Y ante ese sufrimiento no podemos permanecer ajenos, y no lo hacemos. Trabajamos para la ciudadanía, con ella y sin olvidarla, con propuestas que les hagan poder llegar a final de mes con dignidad y sin sufrimiento, y aunque no sean escuchadas seguiremos y trabajando en ellas.
Porque hoy más que nunca, no podemos dejar de recordar que la realidad no se para en estos días, sino que la vida continúa, y hoy más que nunca vuelven las palabras de Galeano a nuestras vidas, para recordarlas y hacerlas nuestras, para seguir trabajando por un cambio real para todos:
“Para tener aliento, hay que tener desaliento./Para levantarse hay que saber caerse./Para ganar hay que saber perder./Y hay que saber que esa es la vida nomás./Y que te levantás y te caés muchas veces./Y algunos se caen y no se levantan nunca más, que en general, son los más sensibles./Los más fáciles de lastimar,/la gente a la que más le duele vivir./La gente más sensible es la más vulnerable.”
Por ello, por los que necesitan ese aliento, hoy más que nunca os deseamos fuerza, constancia y lucha para hacer ese mundo mejor que todos deseamos.
Brindamos porque la solidaridad, junto a la rebeldía nos acompañe todo el año.
Desde el Grupo Municipal de Izquierda Unida con nuestros mejores deseos para el nuevo 2020. Salud.
Juana Caro Marín.Portavoz Grupo Municipal de IU Valdepeñas