Vivimos en un mundo lleno de complejidades, lleno de información. Los datos, entremezclados con las noticias, viajan a velocidad de vértigo a través de las redes sociales, de la prensa online y, por supuesto, de la radio y televisión. Como sociedad, nunca antes hemos disfrutado de esta posición. La consecuencia es que tenemos ante nosotros una espesa red de conocimiento que nos plantea un reto: ser capaces de extraer de ella aquello que explica mejor la realidad.
La formación en Economía, como ciencia que es, nos ayuda a comprender los fenómenos que nos rodean y nos proporciona herramientas de análisis con las que diseccionar la información y comprenderla. La sociedad no puede esperar que sean otros quienes expliquen las realidades que, de manera cotidiana, experimentamos (porque somos nosotros los que tomamos diariamente nuestras propias decisiones vitales).
Necesitamos, por nosotros mismos, comprender qué implica realizar una apuesta (a presente y a futuro), qué es una tarjeta "revolving" (por qué me la ofrecen y por qué no debería aceptarla), cómo se forman los precios y qué papel tiene el intangible "valor" dentro de ellos, qué son los precios mínimos y máximos (cuáles son sus consecuencias, cuál es el resultado de su análisis coste-beneficio), por qué un salario mínimo (cuándo, cómo, a qué nivel y para quién establecerlo), qué razones existen para que países tan distintos comercien entre sí, qué mide (y qué no mide) el PIB, qué es la desigualdad, qué es la igualdad de oportunidades (y cómo se consigue con educación, sanidad y distribución), por qué la productividad sólo crece cuando caemos (y se estanca cuando crecemos), qué causa el tremendo desempleo juvenil (y de qué herramientas disponemos para combatirlo), qué es el desarrollo humano (¡maldita sea! qué es el largo plazo y por qué no llega nunca), qué son los costes y los ingresos (y cómo cambian cuando tomamos decisiones), por qué nuestras empresas son tan pequeñas, qué narices ocurre con las pensiones (con las de hoy y con las de mañana).
En definitiva, ¿qué está pasando y cómo podemos mejorar? Necesitamos saber y, para ello, necesitamos comprender. Necesitamos (también en las escuelas) aprender Economía.
Ramón Castro Pérez es miembro de la Asociación de Docentes de Economía en Enseñanza Secundaria (ADES) de Castilla-La Mancha