Una Europa más unida en tiempos de crisis
Cada 9 de mayo conmemoramos el Día de Europa, una fecha que nos recuerda los logros alcanzados en el continente en su largo camino hacia la paz y la unidad. En esta casa común que es la Unión Europea, los estados miembros han hecho posible la cooperación en multitud de ámbitos, entre otros la investigación, la innovación y la educación.
Uno de sus máximos exponentes es el programa ERASMUS, inaugurado de modo experimental en 1981 y concretado de manera formal en junio de 1987. Así, comenzaba su azaroso periplo con ilusión y entusiasmo al mismo tiempo que lo hacía la Universidad de Castilla-La Mancha, hace ya algo más de tres décadas. Desde entonces, millones de personas han participado en el proyecto y desde su conversión en Erasmus+ en 2014 esta cifra se ha visto notablemente incrementada, no ya solo con estudiantes de los estados miembros de la UE, sino también en los últimos años, con aquellos procedentes de países europeos extracomunitarios. En este tiempo, España se ha posicionado de manera indiscutible en el primer puesto en la recepción de estudiantes, con más de 50.000 movilidades cada curso, un dato que muestra la importancia de esta gran iniciativa y el valor que le conceden nuestros jóvenes como parte de su etapa formativa.
Muchas son las causas que explican el éxito de Erasmus, como la internacionalización del conocimiento, la difusión del saber o el enriquecimiento mutuo basado en la comprensión del otro, trascendiendo las fronteras meramente geográficas, alimentando inquietudes, abriéndose a nuevos mundos, cambiando, en resumen, la vida de quienes sin miedo decidieron en su día emprender esta aventura. Resulta fuera de toda controversia el papel fundamental que la cooperación en educación superior y en I+D+i han tenido en la construcción de la nueva Europa.
En este sábado 9 de mayo, la UCLM se suma, de manera virtual, a la celebración del Día de Europa. En esta ocasión, una jornada marcada de lleno en todo el continente por la pandemia. En estos días agitados, nos movemos en una mezcla de temor e incertidumbre, en un cambiante escenario marcado por el protagonismo letal de este nuevo virus. Pero debemos tener presente que, desde las cenizas de un continente malherido, se alumbró el sueño que permitió la firma del Tratado de Roma en 1957, germen de la futura Unión Europea.
Por ese motivo, precisamente ahora, cuando nos encontramos inmersos en esta crisis sanitaria provocada por el COVID-19 y que traerá previsiblemente devastadoras consecuencias económicas y sociales en todo el mundo, es cuando conviene recordar los ideales que condujeron en su momento a cada país a sumar esfuerzos y concertar voluntades desde la generosidad, de manera unida y coordinada, a la construcción de un proyecto común que evitara, entre otras cosas, repetir los mismos errores que llevaron a Europa a verse inmersa en unas guerras tan sumamente devastadoras.
Cuando la tormenta haya pasado, es fundamental recuperar y fortalecer los valores de la Unión Europea, que siempre ha caracterizado al programa Erasmus. Nuestros esfuerzos han de centrarse en la revitalización de ese proyecto comunitario, ese sueño que se ha convertido a lo largo de más de 30 años en un mecanismo clave para proyectar y engrandecer el futuro de Europa y que tantas oportunidades ha proporcionado a los jóvenes de nuestro continente.
Es el momento de disponer de una altura de miras que garantice que nadie se quede en el camino y que nos permita avanzar de la mano hacia un futuro próspero.
Feliz Día de Europa.
Fátima Guadamillas Gómez es vicerrectora de Internacionalización y Formación Permanente de la Universidad de Castilla-La Mancha