Sin toros no hay cultura
Lo confieso y no me escondo, me siento profundamente taurino, me gusta la fiesta y el toro en todos sus ámbitos, disfruto de un buen festejo, de un encierro por el campo o uno por las calles de una localidad. Me emociona todo lo que rodea a la Fiesta Nacional por el sabor que desprende y porque es parte de nuestra identidad como país. Ese sentimiento que también está profundamente presente en Castilla-La Mancha y que nos hace diferentes a otros lugares.
Desde una tanda al natural de un matador notable del escalafón en la ‘septembrina’ de Albacete con la plaza a rebosar hasta los jóvenes que guían con sus carreras a los toros por las calles de El Casar en Guadalajara; todo ello pasando por una mañana de encierros en Almodóvar del Campo, las jóvenes promesas que se baten el cobre en Villaseca de la Sagra, los valientes recortadores que ponen el corazón en un puño al tendido, la Sierra del Segura y sus encierros por el campo, la corrida del Corpus en Toledo, los rejoneadores en Tarancón, Guadalajara entera y su pasión por los encierros y por el toro, los excelentes ganaderos castellano-manchegos o la seriedad de los toreros que encontramos en toda la región. Son algunos ejemplos, aunque hay muchísimos más, de la pasión por el mundo taurino que recorre y vertebra nuestra tierra.
Pero con la crisis del Covid-19 el mundo taurino, tanto a nivel cultural como económico, se está viendo seriamente afectado. Una temporada que debería estar entrando en su momento álgido con festejos por todos los rincones de la región, encierros, corridas y todo tipo de eventos se están viendo suspendidos y el sector, que da de comer a más de 10.000 familias y genera casi 400 millones de euros de volumen de negocio, necesita una respuesta, necesita soluciones, alternativas, en definitiva, necesita de la atención de los gestores.
Hace unos días tuve la oportunidad de mantener varios encuentros con representantes del sector taurino en los que cada cual, ganaderos, matadores, recortadores, aficionados, empresarios, todos los implicados, aportaron su granito de arena y su visión del momento por el que pasa el mundo del toro en nuestra región, todos coincidiendo en la necesidad de recuperar (con todas las medidas higiénico-sanitarias necesarias) la actividad con el fin de que sea rentable y puedan continuar generando volumen de negocio y dando la posibilidad a todas las familias que viven de él de continuar haciéndolo.
No podemos permitir que una tradición que también es empleo, turismo y gastronomía para Castilla-La Mancha, una forma de vida, un extenso ámbito cultural como es el del toro se pierda y se arruine, no cejaré en mi empeño por ayudar y colaborar con los que más saben de esto. El mundo del toro, el sector taurino y los amantes de la fiesta nacional tendrán en el Partido Popular de Castilla-La Mancha y en mi persona un aliado y un defensor de sus necesidades para que, juntos, llevemos a cabo las reclamaciones necesarias y pertinentes con el fin de salvar a un sector vital para la región.
Sin toros no hay cultura, son un pilar fundamental de este sector en la región, no se entiende Castilla-La Mancha sin sus importantísimos ganaderos, fiestas locales sin encierros o festejos de recortadores, sin sus aguerridos empresarios, siempre trabajando o sin matadores de renombre, entre ellos y si me lo permitís para finalizar, mi amigo Dámaso González que estará viéndonos desde el cielo y al que le mando un fuerte abrazo desde estas líneas. Sigamos trabajando por el futuro de nuestras tradiciones y costumbres. Defendamos y salvemos el mundo del toro y la cultura de la tauromaquia en nuestra tierra.
Paco Núñez es presidente del Partido Popular de Castilla-La Mancha