La celebración hoy, 27 de septiembre, del Día Mundial del Turismo nace marcada en su raíz por el impacto de la crisis sanitaria con motivo del COVID-19.
La pandemia a la que nos enfrentamos como sociedad desde el pasado mes de marzo ha terminado por marcar todos los rincones de nuestra vida pública y privada, y se ha cebado sobremanera con aquellas actividades que tienen una enorme impronta social. Se ha cebado de manera notable con el turismo.
La movilidad, la cercanía y la interacción social están en el ADN de la actividad turística, y en todos esos espacios hemos tenido que imponernos restricciones para tratar de frenar el avance de la pandemia. En paralelo, en el Gobierno de Castilla-La Mancha hemos tratado de tejer una red de protección para reducir el impacto de la enfermedad en nuestro día a día. Para proteger la salud de los castellano-manchegos, en primer lugar, y también para proteger la economía de la región.
El crecimiento económico de Castilla-La Mancha está muy relacionado con el crecimiento de nuestro sector turístico. Contamos con un enorme potencial como destino de interior, y nuestra riqueza patrimonial, nuestra diversidad cultural y amplitud de nuestros recursos naturales, sumado a nuestra enorme conectividad, hacen de nuestra región un lugar ineludible para todos los viajeros que quieran impregnarse con la esencia misma de esta tierra. Desde que llegamos al Gobierno regional, en el año 2015, el turismo ha sido mascarón de proa en nuestra senda hacia la recuperación económica, y en la estrategia para el crecimiento económico muchos de nuestros pueblos.
La llegada del COVID-19 ha difuminado los senderos, pero no ha invalidado el mapa. Desde el primer momento hemos orientado nuestro trabajo a dar respuesta a las reivindicaciones de nuestros principales sectores económicos, todo siendo especialmente sensibles hacia las necesidades del sector turístico. Un sector fundamental para el crecimiento y un pilar estratégico para la reconstrucción económica de nuestra región. Y porque ha mostrado, a lo largo de este tiempo, una responsabilidad a la altura de las exigencias de la sociedad: en los momentos más duros de la crisis sanitaria, fueron el hogar de los trabajadores esenciales que velaban por nuestra salud, y en la reapertura, asumieron todas las medidas de seguridad necesarias para hacerlo con suficientes garantías.
Pese a las medidas de seguridad que debemos continuar cumpliendo para acercar aún más el final feliz que todos deseamos, la actividad turística ha continuado siendo un punto de encuentro para volver a ver a aquellos a quienes el confinamiento había alejado; para redescubrir lugares que tenemos muy cerca y que casi nos habían pasado desapercibidos; para dejarnos atrapar por rincones muy próximos que nos han hecho volver a enamorarnos de nuestra tierra.
Castilla-La Mancha tiene un potencial turístico insondable, y el esfuerzo de los profesionales del sector por innovar en estos tiempos de crisis ha permitido a la región crecer como destino de interior y consolidar nuestra posición como referente del turismo rural en todo el país. Nuestra labor ha sido, y será, acompañar ese esfuerzo para servir de palanca para el crecimiento del sector, y que esa progresión redunde de manera directa en el crecimiento económico de nuestra tierra. También en su recuperación. Ese esfuerzo conjunto por defender nuestros establecimientos hoteleros y de restauración como entornos seguros ha dado sus primeros frutos con los datos de turismo rural que conocimos en el mes de julio, y que esperamos que se confirmen con las cifras del mes de agosto que conoceremos en apenas unos días.
Es sólo el comienzo. Nuestro convencimiento en el potencial de crecimiento del sector turístico de la región ha quedado de manifiesto con la puesta en marcha de la campaña de promoción ‘Castilla-La Mancha. Tus vacaciones nunca han estado tan cerca’, que está convirtiendo a todos nuestros espacios turísticos y patrimoniales en imagen del sector en todo el país. Aunque el impacto de la crisis sanitaria obligue a redibujar el camino, la esencia del Plan Estratégico de Turismo y del Plan Estratégico de Gastronomía que llevamos por bandera a la Feria Internacional de Turismo a comienzos de año se mantiene viva, esperando a que el Plan de Medidas Extraordinarias, que hoy nos sirve de brújula, nos permita recuperar las bases, para volver cuanto antes a ese crecimiento que marcaba nuestra trayectoria más reciente.
El esfuerzo de los profesionales del sector tendrá su recompensa. El potencial turístico de nuestra tierra sigue ahí, latente, esperando una nueva expansión. Nuestros Parques Nacionales, nuestros Parques Naturales, nuestras Ciudades Patrimonio, nuestras Rutas del Vino, nuestro turismo activo, nuestra gastronomía, nuestros Cigarrales, nuestros lugares de cultura y ocio… Todos los elementos que componen nuestra amplia oferta turística no han desaparecido. Siguen a nuestro alcance. Y cada vez está más cercano el momento en el que podamos volver a disfrutarlos con toda su plenitud.
Patricia Franco.Consejera de Economía, Empresas y Empleo