El humanismo digital en las entidades sociales
Decía Enrique Alarcón, presidente de CLM Inclusiva, que “las situaciones excepcionales requieren respuestas originales”. Irremediablemente, las Entidades del Tercer Sector de Acción Social viven en una constante excepcionalidad. Deben adaptarse y dar forma a sus outputs según los impulsos constantes de los cambios sociales.
Por ello, esta crisis sanitaria y económica nos está exigiendo a las organizaciones sociales, más inventiva y coherencia, actualizar conocimientos y capacidades, e incluso, muchos tendrán que reinventarse; y en este sentido no debería ser percibido como una amenaza, sino como una oportunidad. Nos enfrentamos al nacimiento de una nueva y distinta etapa para la humanidad que obligará a asumir retos significativos y desconocidos hasta ahora.
Han emergido nuevas realidades en el centro del escenario: Las desigualdades digitales. Son la evidencia de una transformación en la que en estos últimos meses no hemos tenido más remedio que embarcarnos, unos con mayor éxito y otros con menos, pero que esta crisis ha hecho aflorar. Y que sin duda vienen para quedarse, para crecer junto a nosotros, ayudándonos a acercarnos a nuestros entornos, tanto personales como laborales.
Hemos comprobado como la llamada brecha digital lo es si cabe mucho mayor en las personas con discapacidad, y se multiplica de forma exponencial si pertenecen al ámbito rural.
Si nos consideramos un agente protagonista en el conjunto de la sociedad civil no podemos obviar a cómo la tecnología está afectando a la vida humana y reorganizando el entorno económico, social, cultural y político en el que actuamos. La visión estratégica para interpretar y actuar sobre las tecnologías disruptivas e innovadoras que están transformando el futuro como consecuencia de la cuarta revolución industrial exige a todos los agentes decisores de la sociedad pensar en términos distintos.
Crear herramientas digitales accesibles, y dotar de los medios tecnológicos necesarios a las personas con discapacidad, marcaran los planes estratégicos a corto plazo en los próximos meses. No hay tiempo que perder, y estos cambios estructurales en las organizaciones deben contar con el apoyo público y privado de los agentes sociales y económicos.
Es necesario superar la visión pesimista y deshumanizada de lo que supone la cuarta revolución industrial que nos muestra una humanidad “robotizada” despojándola de alma y corazón. Para combatir este escenario será necesario situar a las personas en el centro, siendo lo primero, y asegurando su empoderamiento. En esa visión compartida y global se tiene que poner en valor a las mejores capacidades de la naturaleza humana, como son la solidaridad, la creatividad, y la empatía.
Nuestro reto es no perder nuestros valores en esta transformación, siempre desde la perspectiva de la Digitalización Humanista, que no es otra que mantener el alma de nuestras entidades intacta, afianzar nuestras virtudes, y adentrarnos en el reto de la transformación digital sin perder nuestra esencia.
Carlos Mora de Marcos. Sociólogo y Coordinador Regional de CLM INCLUSIVA COCEMFE