Explorando la jornada laboral de cuatro días (treinta y dos horas)
Hace unos días aparece en la revista Time de EEUU una noticia que hace referencia a la jornada laboral de cuatro días ( treinta y dos horas) que unos meses atrás propuso en España el diputado de Más Madrid Iñigo Errejón, y que la Sra. Levy en un tuit poco afortunado se dedicó a hacer chanza de ella. No entiendo muy bien el por qué lo hizo, tal vez por esa envidia que se tiene en vena por no haber sido ella la que tuvo la idea, si no es así, no se explica el tuit, que tuvo que desmentir y pedir disculpas con otro tuit una vez que algún tuitero la hizo apearse de la metedura de pata.
Está claro, y ya muchos especialistas en el mundo del trabajo auguran que habrá gente en España que nunca va a trabajar, y que esa gente tendrá que estar amparada por quienes trabajen con el fin de mantener la paz social; si esto se cumple no está mal que la propuesta de Errejón sea explorada, puesta a prueba y llevada a su máxima expresión, y si es posible, implantarla allí donde se pueda, siempre con las máximas garantías para trabajadores y empresarios.
Es una pena que haya gente que quiera trabajar y no pueda hacerlo nunca, pues entiendo que la persona se realiza con el trabajo, pero también es quizás más triste, que haya alguien que ni estudie ni trabaje, y que esté siempre ocioso y de fiesta, algo que degrada a la persona y que está al alcance de muy pocos, aunque esos pocos en esta época de pandemia se salten los controles, se vayan a Marbella y se dediquen a la fiesta; no es muy positivo ese tipo de vida y menos en personas que podrían estar llamadas a otros menesteres.
Los tiempos que vienen nos dicen que hay que repartir el trabajo, que hay que tener sueldos dignos, que el ocio y la dedicación a la familia son muy importantes para la salud de las personas, y que el trabajador deje de ser un número en una empresa, ese trabajador tiene que ser reconocido como persona objeto de derechos y deberes y tratado como corresponde al ser humano.
Hay que poner en positivo la propuesta de Errejón, que ya ha sido dotada con 50 millones de euros para ponerla en práctica en un número de empresas, y fijarse en esa empresa de Jaén que lleva unos años con esta experiencia, que ha disminuido el absentismo, los sueldos no han bajado, se ha contratado a más personal, los trabajadores son más felices y la empresa sigue para adelante.
Nadie piensa que esto sea algo fácil, pero el mundo necesita grandes retos y estos pequeños retos son los que se convierten en grandes y hacen que la humanidad siga el rumbo que la lleve a mejorar su estado de bienestar.
Hace mal la Sra. Levy precipitándose en declaraciones como las que ha hecho; en su lugar debería alabar la idea, que eso es lo que normalmente hace la gente normal, pero claro ella, es política, y la fastidia el no haber tenido la idea. Así nos va cuando se destruye en lugar de construir, algo muy común en ese tipo de personas incapaces de tener una idea interesante.
La sociedad actual tiene muchos medios, y más que va a tener con el tiempo para facilitar el trabajo de las personas, para que este se reparta, para que la personas trabajen de la mejor forma posible con la menor presión posible, y que el trabajador esté en comunión con la empresa y esta con el trabajador porque ambos se necesitan, y en esa comunión es posible que todo funcione bien, si no es así se caminará en una dirección equivocada que solo puede traer problemas.
Bienvenida sea esa exploración que se va a intentar hacer, y ojalá que sea positiva y con el tiempo se extienda todo lo posible. No menospreciemos una idea, mirémosla de frente, estudiémosla, la hagamos nuestra, es decir de todos, y será la única forma da hacerla válida, si así lo es, una vez explorada y puesta en práctica, si no resulta, dejémosla a un lado, pero no nos precipitemos y menos cuando revistas como Time se ha preocupado de hacerlo. Algún interés habrá despertado.