El agente doble de Page en la Moncloa, los demonios de Paco Núñez y la bronca de Broncano
Anda el patio castellano-manchego desatado de noticias, cotilleos y rumores. Un no parar. Todo el mundo se ha puesto a largar después de la procesión del silencio de la Semana Santa y hasta el bueno de Pepe Rodríguez, el chef toledano más televisivo de la historia, ha entrado al trapo en La Resistencia de David Broncano (el hombre de moda) y ha tenido su charleta sobre sexo con Jordi Cruz y Samantha Vallejo. Qué vida más triste, le ha largado el genio de El Bohío a Jordi Cruz tras esta confesión: “Tengo el dinero justo para pagar la hipoteca y hace un mes que no echo un cohete”.
¿Perdona, Jordi? No salgo de mi asombro: un tío tan rico, tan famoso y tan guapo y con el cohete encasquillado. Así que de cohetes va la cosa y nos lo ha contado todo aquí en nuestro periódico el gran Alberto Molero, que no sé si será fan de Broncano pero que está al tanto de cualquier cosa que se mueva por el mundo. La elegancia terminológica y sexual de Jordi Cruz está muy por encima del lío que, por cierto, se ha montado en Radio Televisión Española, lo que viene siendo la bronca de Broncano, valga la redundancia, a cuenta del superfichaje de La Resistencia para la cadena pública: un cohete, en este caso altamente destructivo, que vuelve a dejar en evidencia la máxima irrevocable de que todo lo que toca el sanchismo acaba en el barro. El pantano, la charca, el fango.
O sea, la “vida triste” de Pepe Rodríguez, en versión de la Moncloa pasada por los filtros de Ferraz. Hay como una manía que se extiende en el PSOE, tal que una mancha de aceite industrial que lo va empapando todo, de tener el mundo entero controlado bajo las alas del poder sanchista y por ahí hay mucha gente que no pasa. Por ejemplo, Emiliano García-Page, aunque a medias y dando una de cal y otra de arena. Este jueves, por ejemplo, el presidente de Castilla-La Mancha le hace la gracieta a su partido anunciando un plantón en la comisión del Senado montada por Alberto Núñez Feijóo contra la amnistía (“no voy a hacer el juego al PP”) y, a la vez, le manda una carta a Pedro Sánchez afeando al presidente el “yo invito y tú pagas” (gran titular de Alberto Morlanes), ese moderno criterio del Gobierno bipartito de prometer un millón de cosas y luego dejarle la factura a las autonomías, que es como la cara prieta de cemento armado que se le pone a Félix Bolaños, un suponer, después de escuchar a Cayetana Álvarez de Toledo atizar al sanchismo en el Congreso. Pedro, sujétame el vermú, que voy a darte una paliza en el telediario y ahora vengo.
A Paco Núñez, el presidente del PP de Castilla-La Mancha, se le llevan los demonios con este “cara y cruz” de Page, con una mano izquierda que no sabe lo que hace la derecha, y viceversa, pero pincha en hueso todos los días y jamás conseguirá que el presidente castellano-manchego asalte la frontera y ponga al PSOE patas arriba. Tal vez podría, pero eso no va a ocurrir, aunque ya le gustaría a Feijóo: es posible que sea Page un agente doble del sanchismo, como insinúa Paconúñez en cada desayuno, pero está claro que el presidente de la Junta nunca va a traspasar la línea roja de su militancia. Unos cuantos titulares y de momento poco más. Después, fuese y no hubo nada. Y mucho menos en tiempo de elecciones, que es donde estamos ahora mismo. La cobija de Felipe González era esto. Por cierto, y entre paréntesis: qué bonita cerámica de Talavera hoy en la firma de Page con el consejero Juan Alfonso Ruiz Molina en su despacho del Palacio de Fuensalida. Ahí tienen la foto.
Así las cosas, la otra buena noticia de la semana la protagoniza el gran Julián Garde, rector magnífico de la Universidad de Castilla-La Mancha, que es hombre de talento y de talante y acaba de insinuar su posible (digo posible) candidatura a la reelección. “Tengo más ilusión y energía que hace tres años”, ha dicho Garde, sin confirmar ni desmentir, pero dejando claro lo que sabe todo el mundo: que tiene “retos importantes” por delante en la Universidad. O sea, blanco y en botella. El rector es un hombre prudente, discreto y creo que muy tímido, pero me juego la última gominola que me queda, doble contra sencillo, a que es una apuesta de futuro. Toda mi admiración y mis mejores deseos, sea finalmente lo que sea.