La pregunta es pertinente, sobre todo porque el Ministerio de Transportes no habla con claridad sobre sus planes ni está ofreciendo la información exacta y precisa que le reclama el Ayuntamiento de Talavera de la Reina sobre el trazado del AVE Madrid-Extremadura a su paso por la ciudad. Dos cuestiones tenemos aquí fundamentales y pendientes de resolución por parte del Gobierno central: dónde se instalará finalmente la estación y qué intenciones hay sobre el “irrenunciable” soterramiento de las vías. Por supuesto, hay un tercer asunto clave que se debe garantizar con toda rotundidad: la licitación de las obras con la máxima urgencia para que todo el trazado se ponga en funcionamiento en 2030.
El alcalde de Talavera, José Julián Gregorio, lleva desde diciembre, casi seis meses ya, pidiendo sistemáticamente y por escrito oficial mantener una reunión de alto nivel con el departamento de Óscar Puente, pero de momento no hay noticias más allá de los protocolarios acuses de recibo. Un silencio significativo por parte del ministro más lenguaraz del Gobierno de Pedro Sánchez, y esperemos que esta actitud ministerial no tenga que ver con el signo político del alcalde talaverano, no alineado con el de Óscar Puente.
Como viene publicando EL ESPAÑOL EL DIGITAL CLM, Gregorio pretende saber qué está pasando con el AVE a Talavera y dejarle claro al Ministerio lo que quiere la ciudad, esencialmente tres cuestiones. Primera: confirmación del año 2030 como fecha límite para la inauguración. Segunda: la estación del AVE debe estar dentro del núcleo urbano, no varios kilómetros a las afueras, y eso es “innegociable”. Y tercera: Talavera no piensa renunciar al soterramiento de las vías, aunque en este caso mi impresión personal es que esta opción ya está descartada por el Ministerio y baraja otras alternativas que, de momento, se las callan. Las dudas expresadas públicamente en estos días por el alcalde y su insistencia en recibir toda la información ministerial está plenamente justificada.
Así que, sea como sea, una cosa está clara. Si el ministro Puente se la juega al equipo de gobierno talaverano, o se olvida de escuchar lo mucho e importante que tiene que decirle el alcalde, en realidad se la está jugando a toda la ciudad, donde la sensibilidad social es muy alta en un proyecto de tanto calado como el AVE. En este asunto, ni un paso atrás: esto no es una guerra política del PSOE contra el PP, o viceversa, ni una cuestión de batallitas de colores. El ministro debe entenderlo: Talavera es una ciudad muy castigada, que lleva casi un cuarto de siglo con el AVE prometido y no puede volver a ser la eterna Cenicienta. Ya parece claro que este tren no se va a perder, pero lo importante ahora es el cómo y el cuándo, y ahí la ciudad no soportaría una nueva decepción.