Tirado se calma y Page se decide
Me congratulo de que las aguas vuelvan a su cauce en Castilla-La Mancha, al menos en el PP. Ahí tienen al secretario general de la formación en esta tierra, Vicente Tirado, y a los suyos deseosos de ofrecer alternativas "en positivo" a distintos colectivos y asociaciones, lo que le vendrá muy bien al partido para calmar unos ánimos que se exaltaron dando una mala imagen en esas infaustas comisiones de los presupuestos que, de momento, han pasado a la historia negra de las Cortes y que, espero, no se repitan en la próxima tramitación de los presupuestos de 2018.
En el PP se lo han pensado, han reflexionado a fondo y se han dado cuenta de que a la gente, a esos ciudadanos a los que pretenden gobernar en 2019, no les gusta la bronca ni que repitan que "Page es comunista" y pare usted de contar.
Ahora mismo, han visto una oportunidad para distanciar a las dos facciones que integran el gobierno de Castilla-La Mancha con el asunto del independentismo en Cataluña. Y es que el presidente García-Page, muy patriota como le corresponde a un responsable autonómico, ya ha mostrado su lealtad institucional a Mariano Rajoy, con el que incluso se va a reunir, para frenar ese "egoísmo" de los nacionalistas catalanes. Mientras, en Podemos no solo se han mostrado tibios con el referéndum de marras, sino que el propio vicepresidente segundo, García Molina, de Barcelona por cierto, ha pedido que esa consulta cuente con todas las garantías para celebrarse.
Y esta disensión ha provocado la repulsa del bueno de Tirado que ha pedido a Page que eche del gobierno a los consejeros de Podemos, ya hay un director general además, y se quede únicamente con los consejeros que defiendan la "unidad de España". Dicho queda, aunque no creo yo que ese desencuentro afecte a las políticas de Castilla-La Mancha, con lo cual veo a Podemos durante largo tiempo en el Ejecutivo de la Comunidad. Eso sí, lo de Tirado tiene su justificación.
En medio de esta calma, de este regreso a la paz que fomenta el PP en Castilla-La Mancha como táctica para desalojar a los socialistas y a los "podemitas" del Palacio de Fuensalida, está la actitud del propio presidente de la Junta, que también ha decidido tomarse unos días de reflexión para decidir si se presenta a la reelección como secretario general del PSOE en Castilla-La Mancha. De momento, ya tiene un contrincante, el sanchista José Luis Blanco, alcalde de Azuqueca, que ha decidido plantar cara al rival más fuerte que pueda tener en esta tierra. Y que, aunque cuando escribo estas líneas García-Page no ha dado a conocer su decisión final, existe la convicción entre los suyos de que optará a la reelección como secretario general de su partido en Castilla-La Mancha. Y todo parece indicar que este mismo miércoles lo anunciará.
No lo va a tener fácil, muchos militantes socialistas se muestran partidarios del estilo del alcalde de Azuqueca, al igual que dieron su confianza con anterioridad a Pedro Sánchez, y están dispuestos a librar batalla contra Emiliano García-Page, aunque el presidente de la Junta se las sabe todas y no creo que esté por la labor de pegarse otro revolcón como le ocurrió en las primarias nacionales de su partido. En fin, la contienda promete. Y yo, sinceramente, de García-Page, tras su hábil jugada con Podemos en el Gobierno, me espero cualquier cosa. Estaremos a la expectativa.