De vicepresidente de Castilla-La Mancha en Cataluña a zascandil de referéndum y telonero en Zaragoza
Pocas veces un político ha sufrido tamaña metamorfosis institucional en tan escaso espacio de tiempo. Como zascandil de Podemos en el referéndum de autodeterminación de Cataluña convocado por la Generalitat y suspendido por el Tribunal Constitucional, el líder de la formación morada en Castilla-La Mancha, José García Molina, ha pasado este fin de semana de vicepresidente de Castilla-La Mancha en Cataluña, militante de Podemos, y telonero al día siguiente en la charla-debate celebrada en el centro cívico Delicias en Zaragoza.
Anunciada inicialmente su visita al vicepresidente de la Generalitat de Cataluña, Oriol Junqueras, como la de su homónimo en Castilla-La Mancha, el secretario general de Podemos en la región tuvo que desprenderse con urgencia de su cargo institucional en la JCCM. En ningún caso, como bien se encargó de aclarar de inmediato el Gobierno de Emiliano García-Page ante el revuelo suscitado por la visita, la recepción de Junqueras y posteriormente a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, eran en representación de Castilla-La Mancha ni tampoco en nombre de su presidente.
Conformada la condición política precisa en sus visitas por tierras catalanas, al día siguiente, en Zaragoza, Molina teloneó un acto donde participaron las fuerzas afines al referéndum catalán. Tanto en Barcelona como en la capital maña, Molina no se salió del irresponsable, cínico y mezquino guión de su partido y líder, Pablo Iglesias, a favor de la pantomima prevista el próximo domingo en Cataluña. En su breve locución en tierras zaragozanas, el político castellano-manchego insistió en las detenciones por el Gobierno “represivo” del PP de altos cargos de la Generalitat convertidos, en su opinión, en “presos políticos” dentro de una política “claramente intervencionista”. Otra insensatez del líder de Podemos que contrasta con todos los informes internacionales publicados sobre derechos políticos, civiles y democráticos en España, a la misma altura que países como Francia y Alemania.
Un cumulo de falsedades que los agitadores del ilegal referéndum, como Molina, no dejan de pronunciar, aunque ya con desigual éxito entre una ciudadanía cada vez más escéptica. Precisamente, un sondeo de Metroscopia publicado este domingo en el diario El País constata que un 61 por ciento de los catalanes ya no consideran valido el referéndum del próximo domingo, y sólo cuatro de cada diez creen que se podrá celebrar con normalidad.
Tampoco parpadeó el manipulador antagónico por excelencia del Gobierno de Emiliano García-Page, portador igualmente de una permanente, amenazante y chantajista espada de Damocles sobre su Gobierno, a la hora de considerar presos políticos las detenciones de autoridades catalanes en un país donde no los hay. Mas el zascandil se olvida del régimen venezolano, donde sí existen, y de las que su partido parece haberse anestesiado como de otras despreciables actuaciones del dictador Maduro.