Amores que no matan
Las comparecencias de la directora general de CMM, Carmen Amores, en las Cortes de Castilla-La Mancha resultan todo un “reality show” que tal vez merecieran honores de prime time en la programación de la televisión autonómica. En el ultimo capitulo del serial, esta misma semana, la directora ha aprovechado su intervención para dar a conocer, entre otros, el presupuesto del ente público, casi 39 millones de euros, un 1,7 por ciento más que se destinará a actualizar los salarios de los trabajadores, e incorporación de nuevas plataformas y canales que sirvan para difundir la programación de CMM a través de estas vías.
El monólogo de Amores en tribuna parlamentaria debió defraudar a parte de la audiencia, el PP, que de inmediato cargó contra la directora bien de forma abrupta, o de forma más sosegada, Podemos, aportando idealizadas sugerencias, siempre a tener en cuenta a la vista de tan versados parlamentarios en materia audiovisual. Un colectivo, el del consejo de administración de CMM, que para sí quisieran empresas como Mediaset o Atresmedia.
Al enfrentamiento habitual con los populares por motivos diversos, incluido el de la manida independencia informativa que ellos tampoco respetaron durante la época de Ignacio Villa Calleja, se unió para la ocasión la debutante María Díaz, secretaria de organización de Podemos en Castilla-La Mancha. La flamante vicepresidenta de la Cámara autonómica, al parecer experta analista en medios audiovisuales, reclamó a la directora Amores libros de estilos diversos para la cadena, planes estratégicos y nuevos canales temáticos. Por su parte el portavoz del PSOE, Rafael Esteban, no defraudó en su papel de acólito turiferario del partido dentro de la concurrida representación parlamentaria.
A pesar de tamaño alboroto, no elude la directora semejantes enfrentamientos y debates ante tan “consumados” conocedores del medio, pues sobrepasa en entendimiento a cada uno de ellos. Amores maneja a la perfección el escenario institucional y seguirá haciendo lo que le plazca en la televisión, manden desde Fuensalida, y se lo permita el presupuesto autonómico; nada nuevo en esa casa. Una partida donde la publicidad -toda una incógnita- sigue siendo residual, al igual que en el resto de autonómicas de la FORTA que siguen perdiendo cuota cada vez más. Una cuestión que parece no importar a la directora de CMM que cada ejercicio dispone de un generoso patrocinio institucional para sus gastos.
La televisión de Castilla-La Mancha sigue transcurriendo por el cauce habitual marcado desde su inauguración, que no es otro que estar al servicio del mandatario y partido de turno. Una autonómica que, a pesar del incienso quemado últimamente por los turiferarios del PSOE, tan sólo ha aumentado la audiencia medio punto desde que la directora Amores tomó posesión en agosto de 2015. Una subida, no obstante, muy inferior a la cosechada por el conjunto de las autonómicas durante el mismo periodo (1,2 por ciento), y que aún en el pasado mes de octubre estaba todavía a una distancia de 2,6 puntos por debajo de la media de las televisiones de la FORTA.