CCM no cesa de fracturarse
Manifestaba recientemente el expresidente de CCM, Juan Pedro Hernández Moltó, convocado en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones sobre la quiebra de la entidad, que hubo una “precipitación interesada” en la intervención de la caja. Un arrebato, según el iluminado gestor, que costó más de 7.300 millones de euros de recursos públicos procedentes del FROB y Banco de España, conforme consta en el informe elaborado en su día por el Tribunal de Cuentas. Mas tamaño aporte de recursos no ha cesado durante todos estos años consecuencia de la interesada y negligente forma de administrar de una cuadrilla con Hernández Moltó al frente.
El saneamiento de CCM, ya como Banco Castilla-La Mancha, ha continuado durante todos estos años por parte de Liberbank, el banco constituido en 2011 mediante la fusión de Cajastur (Banco CCM), Caja Extremadura y Caja Cantabria. Según la memoria anual de la entidad registrada hace algunos días en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Liberbank ha tenido que anotar en su balance de 2017 un deterioro de 321,6 millones de euros debido al impacto de los saneamientos llevados a cabo en el Banco CCM durante el pasado ejercicio. Un año donde el patrimonio neto de la que fue entidad financiera de referencia en Castilla-La Mancha entró en terreno negativo en algo más de 193 millones de euros, lo que la abocó en causa de disolución y a integrarse plenamente en el grupo dirigido por Manuel Menéndez. Una determinación que quedará ratificada en la junta general de accionistas convocada para el próximo 22 de marzo en Madrid a través de la formula fusión por absorción. Una fecha en la que las antiguas oficinas de CCM, que hasta ahora seguían conservando una cierta identidad propia en la red de Castilla-La Mancha, ya operarán definitivamente bajo la marca Liberbank y se integrarán plenamente en su red comercial.
Un proceso que finiquitará totalmente la actividad de la antigua caja de ahorro castellano manchega con las adversas consecuencias que todos conocemos para su personal, clientes, y territorios de influencia. Un lamentable desarrollo debido a la ineptitud y servilismo de un grupo de gestores, con su antiguo presidente a la cabeza, ignoro sin con corona de reina madre o de espinas por el quebrante conseguido. Un personaje que lejos de reconocer su responsabilidad en el estropicio aún le sigue pareciendo precipitada la intervención de la entidad, y desconfiados sus clientes que al sacar el dinero de la caja tan solo pretendían poner a salvo sus ahorros.