Don Braulio, no me alcanza la vista

Tiene la buena costumbre la Junta de Cofradías, Hermandades y Capítulos de Semana Santa de Toledo editar cada Semana Santa el programa oficial de cultos de la capital regional. Una especie de catecismo de bolsillo donde, en lugar de encontrar los aspectos doctrinales básicos de la Iglesia católica, podemos consultar los itinerarios y horarios de las distintas procesiones, actos y cultos a celebrar, además de poder leer la plática de un  ramillete de celebridades, es decir, las de los patrocinadores de la edición.

Por sus páginas desfilan a modo de saludo los del arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, presidente de la Diputación de Toledo, Álvaro Gutiérrez, presidenta de la Junta de Cofradías, Ana Pérez, y el consiliario de la misma, Juan Antonio Jiménez. Pero más que un saludo de los organizadores, patrocinadores y colaboradores de la publicación parece, por el minúsculo tamaño de la letra impresa en el programa, una tortura para el lector si quiere enterarse de sus pertinentes palabras, recorridos procesionales, u otros actos. Un sermón que no dudo haya sido escrito con el mayor de los esmeros por sus autores -o “negros” de turno, un oficio que conozco bien- pero que sospecho no está mereciendo atención alguna por parte de los lectores ante el notable esfuerzo visual exigido para su lectura.

Sería aconsejable, salvo que el tamaño del librito fuese mayor en  sucesivas ediciones, que la Junta de Cofradías aconsejase a tan ilustres colaboradores que fueran más parcos en sus homilías, pues los buenos deseos y las felicitaciones pueden comprimirse en texto más reducido sin necesidad de deslucir su contenido. Mas si los editores continúan en el empeño, convendría en lo sucesivo adjuntar para la ocasión una pequeña lupa para su correcta lectura. Un programa de Semana Santa de Toledo que más que patrocinado por instituciones u otros organismos, parece auspiciado por una óptica, marca de gafas, o colegio profesional  del ramo ante el esfuerzo que para todos supone su lectura.