Diputado Velázquez, le acompaño en el sentimiento
La sanidad en Castilla-La Mancha es una especie de esas telenovelas de sobremesa que tantos españoles se tragan sin rechistar después de los telediarios, la dosis informativa imprescindible para conocer la irrealidad de la realidad de este país. En este caso, los verdaderos protagonistas no son los actores que aparecen en pantalla, sino los cientos de miles de castellano manchegos que intentan infructuosamente recibir una adecuada y puntual asistencia sanitaria a la que tienen derecho. Un colectivo presa de la ineptitud de un Gobierno regional y de un sistema sanitario incapaz de abreviar el tiempo de espera de atención al paciente y de intervención quirúrgica, uno de los más retardados del país según datos del Ministerio de Sanidad.
Son tantas, tan confusas, y contradictorias las voces políticas que aparecen cada día en Castilla-La Mancha para sermonear acerca del tema sanitario, que los ciudadanos no pueden más que asistir atónitos a un lamentable espectáculo del que son incapaces espectadores. Un colectivo que sufre las consecuencias de interminables listas de espera para poder ser atendidos por los diferentes especialistas y centros hospitalarios de la región.
Lamentaba recientemente Carlos Velázquez, diputado regional del PP y alcalde de Seseña (Toledo), que para una primera cita con el cardiólogo le habían convocado el 11 de abril del año próximo. No está solo el diputado en su queja. Le acompaño en semejante sentimiento, supongo que también muchos castellano-manchegos, sobre la fecha de convocatoria para ser atendido y de la situación de la sanidad de Castilla-La Mancha. En mi caso y con idéntico especialista la cita es para el 27 de marzo de 2019. Tan solo nos queda, diputado Velázquez, tener la suerte de recibir una llamada telefónica en el caso, como el nuestro, de superar la llamada el plazo de dos meses y ofertarnos una nueva cita tal y como indica la nota.
No obstante a la debacle en la que se encuentra la sanidad pública de Castilla-La Mancha, quiero destacar la excelente actitud y papel que desempeñan los profesionales de tantos centros de salud de esta región encargados de expedir estas citas. En mi caso, el de Burguillos de Toledo configurado por un reducido y eficaz equipo de medicos, enfermeros, y auxiliares que con dedicación y entusiasmo atienden cada día a sus pacientes. Un oasis dentro del desconcierto por el que atraviesa nuestra sanidad a pesar de las milongas que nos cuentan cada día desde púlpito institucional. Una situación que no hace más que revertir usuarios de la sanidad pública a la privada, un sector que contempla complacido la marcha de nuestro sistema sanitario para su propio beneficio.