Hoguera para los contumaces
El PSOE de Castilla-La Mancha no ha dejado pasar un instante antes de lanzarse a subestimar el proceso electoral de PP para nombrar sucesor a la presidencia del partido en Castilla-La Mancha tras la renuncia de María Dolores de Cospedal. Tampoco contra la primera candidatura conocida: la de Francisco Núñez, alcalde de Almansa (Albacete) y diputado autonómico. El secretario regional de la organización socialista, el también eurodiputado Sergio Gutiérrez, ha arremetido, tan pronto como la presidenta del partido en la región ha dado el banderazo de salida de unas elecciones que servirán para nombrar a su sucesor o sucesora, con una catarata de descalificaciones tanto contra la propia Cospedal como de los posibles aspirantes.
A esta diatriba de embestidas se ha unido desde Albacete el portavoz del gobierno regional, Nacho Hernando, con parecidos exabruptos. El también secretario general de las juventudes socialistas ha arremetido igualmente contra el Partido Popular, forma de gobierno, proceso de elecciones convocado, candidatos, y hasta la propia Cospedal. Incluso, ya en modo Rappel como tanto le gusta convertirse a Hernando, profetiza la ralea de los candidatos, el futuro de la formación, y hasta el sentir de los militantes y votantes del PP. Incluso la retahíla incluye también exigencia de "perdón" por parte de los contumaces. Todo una clarividencia desperdiciada que podía ser mejor aprovechada en la sección de tarotistas y videntes de este país.
Sostiene Gutiérrez que el candidato Núñez es un “acólito” de Cospedal, pero se olvida a quién presta sus servicios el político de Escalona. También el portavoz oficial de Castilla-la Mancha, miembro de un Gobierno en minoría donde las discrepancias con su aliado institucional han sido habituales durante la actual legislatura. Una actuación que con frecuencia ha maniatado su acción de gobierno, agravada con la proximidad de unas elecciones autonómicas que darán por finalizada una tregua que a duras penas se ha sostenido durante todo este tiempo. Igualmente con el Gobierno de Pedro Sánchez, más entretenido en resolver los desaguisados, contradicciones y colocaciones de afines en sus 100 días al frente de la Administración del Estado que en atender cuestiones esenciales, actuales y pretéritas, para Castilla-La Mancha y sus ciudadanos.