¿Honores a Cospedal?
En 1964, el escritor francés Jean-Paul Sartre, uno de los principales representantes del existencialismo en Francia, rechazaba el Premio Nobel de Literatura concedido por la Academia sueca por considerarlo un “premio burgués”, declinando así cualquier honor oficial concedido a lo largo de su carrera como escritor. Sin posible comparación intelectual con el autor de “La náusea”, ni tampoco con la institución otorgante, otros honores bastante más minúsculos se están dilucidando en esta tierra y con un ánimo bien distinto en cuanto a su recepción por parte de la señalada y también de los promotores del calificativo: el de la presidencia de honor del Partido Popular en Castilla-La Mancha. La candidata a semejante distinción es la expresidenta de la región y exsecretaria general del PP, María Dolores Cospedal.
Los encargados del fallo de tal honor es la actual junta directiva regional de la formación, componentes que la aspirante dejó bien situados antes de verse obligada a abandonar sus cargos institucionales y de partido. Un dictamen que parte con excelentes referencias del relevo de Cospedal en la región, Francisco Núñez, de la que asegura haber siempre antepuesto los intereses de la región y de España a los suyos propios.
Las actuaciones ahora conocidas de María Dolores Cospedal, como secretaria general del PP, citando en su despacho de Génova junto a su marido -más conocido como secretario general consorte- al comisario Villarejo para planificar el espionaje de Javier Arenas, compañero de partido, y del hermano de Rubalcaba la dan por amortizada políticamente a pesar del agradecido empeño de Núñez. Un modelo perverso de conducta que también importó a Castilla-La Mancha, ya como presidenta, con el fin de husmear determinada investigación que consideraba sospechosa de su antecesor en el cargo, José María Barreda.
Una guerra fría que Cospedal manejaba a la perfección para defender sus particulares intereses políticos por encima, por lo que se conoce, de los de la formación que representaba. Unas deleznables actuaciones, según desvela este domingo el diario El Mundo, en absoluto conocidas y autorizadas por el expresidente Mariano Rajoy, del que la exsecretaria general aseguraba “estar al tanto”. Semejante engaño y traición al partido y a sus dirigentes no merece reflexión ni inquietud alguna del PP regional para nombrarla presidenta de honor en Castilla-La Mancha. Ni siquiera figurar en el orden del día de la convocatoria, incluso a pesar de que la propuesta salga precisamente de quienes deban a la candidata el cargo que ahora ocupan en el partido.