Las cooperativas se movilizan
El sector vitivinícola de Castilla-La Mancha acaba de dar un paso importante en la comercialización de sus gráneles. Diez bodegas cooperativas acogidas a las denominaciones de origen “La Mancha” y “Mentrida” han constituido una agrupación de productores agrarios para poner en valor sus vinos en el mercado nacional e internacional. “Viñedos de Castilla-La Mancha” con cerca de 2.000 socios entre las diez bodegas asociadas, una facturación de 21 millones de euros, y una producción conjunta de 64,5 millones de litros, se propone llevar a cabo en un horizonte de cinco años un plan de negocio que impulse la comercialización de sus caldos “Premium” y “a la carta”. Un déficit que sigue embargando a los vinos de esta tierra.
Aunque el sector, según el consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, haya vuelto a superar entre enero y septiembre de este año el record de facturación en un 15 por ciento, hasta los 543 millones de euros, el precio de nuestros vinos sigue anclado entre los más bajos del país. Los datos son tozudos. Según el Observatorio Español del Mercado del Vino, las exportaciones vitivinícolas en España en 2017 (vino, mosto y vinagre) -tercer productor mundial tras Italia y Francia-, alcanzaron los 3.l186 millones de euros, un 8,9 por ciento más respecto al ejercicio precedente, por un volumen de 2.852 millones de litros. Algo más de la mitad (1.489,7 millones de litros) proceden de Castilla-La Mancha, aunque su facturación apenas alcanzó los 800 millones de euros. Una pobrísima liquidación consecuencia de los precios alcanzados por nuestros vinos en el mercado exterior (54 céntimos/litro), el más bajo del país tan sólo por encima de Extremadura (51 céntimos/litro), y a gran distancia de otros caldos como los de Baleares (9,30 euros/litro), Canarias (8,75), Castilla y León (5,27), Asturias (3,74), País Vasco (3,60), y La Rioja (3,11).
Tiene trabajo por delante “Viñedos de Castilla-La Mancha” si verdaderamente pretende dar sentido y utilidad a la nueva agrupación de productores agrarios. Sus socios serán los primeros beneficiarios, pero también un sector que en esta tierra sigue teniendo como asignatura pendiente la de dar valor a nuestros vinos, saber venderlos, además de apostar por la calidad y el vino embotellado, más que por el granel.