Un mal DIA para Castilla-La Mancha
Cuando en Castilla-La Mancha es habitual conocer drásticas reestructuraciones - eufemismo que se utiliza para recortar plantilla y cerrar oficinas- en el sector bancario bien por fusiones, absorciones o rentabilidad del sistema, otro compartimento económico acaba de azotar de lleno a la región. El grupo de supermercados DIA ha anunciado una revisión de su red de tiendas, cerrando, traspasando, o vendiendo a partir de este mismo año las que no sean rentables. Una comprobación que también impactará en más de 2.000 empleados de la cadena, que persigue de esta forma “asegurar la rentabilidad futura de la compañía y reforzar su posición global”. DIA cerró 2018 con un profundo deterioro del balance, de gestión, y de su cuenta de resultados que arrojaron unas pérdidas de 352,58 millones de euros frente a un beneficio de 101,20 millones registrado un año antes.
La medida afectará a las 3.474 tiendas de DIA y Twins Alimentación, una de sus filiales, de las que 1.603 son propias y el resto franquiciadas, y a una plantilla total de 26.693 empleados. En concreto, un ERE para un 7,8 por ciento de su plantilla española. Una red que también incluye a Castilla-La Mancha donde DIA, Maxi DIA, Plaza y DIA&Go cuentan con cientos de establecimientos y empleados en las cinco provincias de la región. Simultáneamente, la firma de supermercados continua con el proceso de venta de Clarel, su división de perfumería, también con varias tiendas en esta Comunidad.
El excesivo número de formatos comerciales del grupo y la enorme competitividad del sector, unido a su estrategia de adquisiciones y el bajo apoyo de las franquicias a su desarrollo, han sido los argumentos esgrimidos por el grupo para alcanzar una situación de quiebra técnica y una deuda que alcanza los 1.452 millones de euros. Un balance que para los auditores “genera dudas sobre la capacidad de la sociedad para continuar en funcionamiento”, a lo que hay que añadir los indicios de irregularidades de la antigua cúpula directiva, que en el peor año de la historia de DIA duplicaron sus ingresos. Unas incógnitas que, no obstante, pueden resolverse con el apoyo de la banca acreedora y la incorporación de un músculo financiero suficiente para permitir la continuidad de la empresa, sus franquiciados, y también de sus empleados principales perjudicados de las fallidas operaciones financieras y de gestión del grupo.