Los sucesos de Burguillos
No es Burguillos de Toledo una localidad que merezca especial atención informativa a los diferentes medios de comunicación de esta provincia. Mas últimamente el pueblo resulta crónica habitual en las páginas de sucesos y de una forma más notoria durante las pasadas elecciones. Una situación alcanzada por el grado de crispación ciudadana y política de lamentables consecuencias, que incluso ha llegado hasta una presunta agresión física y amenazas de muerte a unos de los concejales del anterior equipo de gobierno.
Una lamentable actitud consecuencia del alarmante grado de confrontación política alcanzado por los diferentes grupos del Ayuntamiento de la localidad, que ha ido germinando durante el transcurso de la legislatura recién terminada. Un periodo convulso que ha concluido con una campaña electoral donde la descalificación burda, tabernaria e insultante han sido el reflejo más evidente de la banalización de la actividad política municipal por parte de los diferentes grupos políticos. Un estado permanente de degradación que se ha puesto nuevamente de manifiesto con la formación del nuevo equipo de gobierno municipal.
El PSOE y el PP se han unido tras los resultados de los pasados comicios, apeando del gobierno municipal de la localidad a Seguimos Mejorando Burguillos (SMB), ganador de las elecciones con tres concejales. Una victoria insuficiente para imponerse a la suma de los seis ediles de las dos formaciones ahora coaligadas, donde también Vox y Ciudadanos obtuvieron un concejal cada uno. El cambalache "contra natura" se une a tantos en este país que se han constituido tras la celebración de las pasadas elecciones municipales y autonómicas. Partidos que hasta ese momento saltaban a la yugular del adversario, renegando de cualquier posibilidad de pacto. Una carta tan amplia y variada que merecería figurar en una guía Michelin de la política ante tan sugerente como inexplicable menú.
Despojado de su cargo, el exalcalde, José Castro, bordeando la demencia política, recurre a un lenguaje limitado, pobre e inútil, y reclama la intervención del secretario provincial de organización del PSOE para que deshiciera el desaguisado. No tiene Álvaro Gutiérrez otra incumbencia mejor que resolver que hacer de Junta Electoral y quitar el bastón de mando a un correligionario, incluso a pesar de semejante compañía de gobierno. Una Corporación que la ciudadanía espera ahora deje de fijarse en su ombligo político, zanje tamaña crispación, y resuelva los problemas para los que han resultado elegidos.