La zozobra ha concluido para los cerca de 2.000 trabajadores que la multinacional británica del bricolaje Brico Dèpôt tiene empleados en los 31 establecimientos abiertos en España y Portugal, uno de ellos en la localidad toledana de Olías del Rey. Una inquietud que comenzó hace más de un año cuando la cadena dio a conocer públicamente sus intenciones, y hacer entrega a la gestora EY del cuaderno de ventas para distribuir entre los potenciales compradores: fondos nacionales, extranjeros, y firmas de la competencia. Una operación valorada en unos 200 millones de euros.
Brico Dépôt pretendía de esta forma centrarse en otras países con una cuota de mercado más significativa que la obtenida en la Península Ibérica, como son los casos de Francia y Reino Unido Sin embargo, la incorporación de Thierry Garnier como nuevo consejero delegado del grupo ha revertido en parte la decisión de cierre de sus tiendas en España (28) y Portugal (3), mientras se sigue negociando la venta de los establecimientos en Rusia. Desde el grupo señalan ahora que se puede construir un negocio rentable y sostenido bajo una enseña bien conocida e introducida en el país. Para ello, pretenden potenciar las ventas digitales, competir en precios de manera más agresiva, y probar nuevos formatos con tiendas más pequeñas. En la actualidad, tras el obligado confinamiento en nuestro país, los locales de Brico Dépôt están abriendo sus puertas, reincorporándose progresivamente los trabajadores acogidos a los ERTEs, un 86 por ciento del total de la plantilla.
Pero no solo desde el punto de vista laboral afecta este cambio en la estrategia empresarial del grupo británico. En el caso del establecimiento de Olías del Rey, también ha sido un alivio conocer su continuidad para los nuevos gestores del centro comercial donde se encuentra ubicado: Puerta de Toledo. El pasado mes de noviembre, Talinda Investments, una sociedad unipersonal constituida meses antes con un capital social de 3.000 euros, se hacía cargo de la gestión del centro toledano, otra más de las varias que han estado al frente de su representación, que desde su inauguración en 2005 se ha visto salpicada con frecuentes concursos, impagos, y otros procedimientos judiciales de sus titulares. Un acto que contó con la presencia de autoridades regionales y locales, y el anuncio de un ambicioso plan de creación de puestos de trabajo para el centro. Unos objetivos laborales que hubieran sido muy difíciles alcanzar con la desaparición de Brico Dépôt, una de las pocas enseñas importantes y con gran convocatoria de público que aún se mantienen abiertas en el parque toledano, tras el abandono sucesivo de la mayoría de marcas, negocios y franquicias establecidos desde el comienzo de actividades del Puerta de Toledo.
Una fuga empresarial motivada por la apertura de nuevos parques más próximos a la capital regional con una oferta comercial más completa y atractiva para el cliente. Una situación que, tras la reapertura de los centros comerciales, puede verse ahora agravada por la pandemia de coronavirus-19. Se ha iniciado un proceso de difíciles negociaciones para el establecimiento del pago de un alquiler en un complejo cada vez con menos tráfico y aforo, que puede llevar al cierre de nuevos locales. Una circunstancia que hará muy difícil alcanzar los 150 nuevos puestos de trabajo comprometidos por los nuevos gestores del centro, además de arriesgar aún más el futuro del parque toledano.