Si no sabes torear "pá" qué te metes
La figura del espontáneo resulta toda una tradición dentro del mundo del toreo, ahora casi desaparecida por la profusión de escuelas taurinas y la posibilidad de aprender en ellas el arte de Cúchares. Aspirantes a figuras que se lanzaban antaño al ruedo solicitando una oportunidad, o acampando ante los cosos taurinos para reivindicar la atención del empresario y su posible contratación. En el redondel de la política, aquí en Castilla-La Mancha, tenemos varios equivalentes. Uno de ellos lleva meses reclamando una oportunidad para encerrarse a solas con el presidente de Castilla-La Mancha en el coso de Fuensalida. Tan pertinaz es el interesado que durante todo este tiempo no ha dejado de llamar en vano la atención del respetable para dar a conocer sus proposiciones y objetivos.
Esta semana ha tenido al fin su oportunidad, y pudo encontrarse mano a mano con el presidente de la región para cosechar una faena que, según las crónicas aparecidas, mereció el silencio e indiferencia de la afición castellano-manchega. Apegados que esperaban del empeño algo más de lo variopinto y falta de realidad de alguna de las propuestas desplegadas. Tan sólo, una vez abandonado el portón presidencial, pudo exhibir como trofeo de la tarde el acuerdo alcanzado en el problema de la okupación en Castilla-La Mancha, una de las regiones más castigadas por esta plaga. Una concesión del presidente sin mayor compromiso después de que la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, anunciase el día anterior que “próximamente” aprobará una instrucción para hacer frente a la okupación de viviendas en España. Confirmaba de esta forma Delgado la intención de la Fiscalía de unificar el criterio de actuación para la lucha contra estos delitos en todo el territorio nacional, evitando así una avalancha de medidas dispares que pudieran ejecutarse por parte de las distintas comunidades perdiendo así su eficacia.
A pesar de tan pobre bagaje cosechado, el voluntarioso aspirante tuvo aún que aguantar como los palmeros del tendido del siete -emilianistas a más no poder- le echaban en cara, pañuelo color verde en mano, la permanencia todavía en la cuadrilla de uno de sus miembros, volteada hace poco de pronóstico reservado por Kitchen, un morlaco respondón de incierta embestida que promete días de mucho entretenimiento a la afición y desasosiego para los más cercanos. No tema el presidente en perder lo más alto del escalafón político de Castilla-La Mancha. Espontáneos y maletillas para el puesto se vislumbran cada día por esta tierra, mas el rango parece por ahora no correr peligro.