Se ha quedado sola en la junta de accionistas la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en su lamento contra el salario aprobado para el presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, y de su primer ejecutivo, Gonzalo Cortázar. Los accionistas del banco producto de su fusión entre Bankia y CaixaBank -donde el FROB cuenta con el 16,1 por ciento del capital- acordaron por mayoría, pese a las críticas y voto en contra del Gobierno, triplicar la remuneración que Goirigolzarri tenía en Bankia hasta 1,6 millones más bonos, y de 2,2 millones más variables para Cortázar. Un estipendio superior al de la mayoría de los banqueros europeos, incluso de entidades más grandes y con mejores resultados en el último ejercicio, aunque inferiores a los percibidos el pasado año por los altos ejecutivos de sus principales competidores en España. Contendientes que, al revés de Bankia, no tuvieron necesidad de ser rescatados con 24.000 millones de ayudas públicas a cargo del contribuyente.
Unos salarios y bonos que resultan “inaceptables” para el Gobierno y sindicatos, en un momento en el que los bancos en España negocian despidos colectivos- 7.800 en el caso de CaixaBank/Bankia- que cuando finalicen supondrá un recorte de más de 15.000 empleos en el sector y el cierre de centenares de oficinas. Una situación en la que el Gobierno, tras dar visto bueno a la fusión sin problema alguno, se hace ahora el sorprendido por la magnitud del ajuste y los elevados sueldos de los banqueros en entidades que hacen ERE.
Unas negociaciones que se prevén duras y complicadas, y donde CaixaBank y BBVA van a sentir la presión del Gobierno que quiere hacer notar su apoyo a los trabajadores en su batalla por aminorar las reducciones de plantilla y mejorar el importe de las indemnizaciones, los principales escollos de estos pactos. Un acuerdo imprescindible para la sostenibilidad del banco, donde el Estado es el segundo accionista a través del FROB, en un momento donde ambas entidades llegan a la fusión con fortaleza de capital, grandes resultados en 2020 y liderazgo comercial, según Goirigolzarri. Unas circunstancias, no obstante, que no deben obviar que por medio anda el devenir de la primera entidad bancaria del país y el futuro de muchos trabajadores.