El mapa de la pobreza y exclusión social se extiende cada vez más por Castilla-La Mancha. La radiografía que acabamos de conocer a través de la Encuesta de Condiciones de Vida 2021 publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), pone cifras al destrozo que la pandemia ha infringido a esta tierra, con una caída general de rentas y brutal tasa de desempleo entre todas las familias de Castilla-La Mancha. Sostiene el INE que un tercio de su población (32,5%) -el porcentaje más alto desde 2019- se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 27,8 por ciento de media nacional.
Personas con carencias materiales y sociales severas o con baja intensidad en el empleo que, en nuestro caso, ha aumentado en 2,3 puntos respecto a 2020. Una situación cronificada en la región a la que contribuye igualmente el fuerte crecimiento de las familias en la que sus miembros activos no trabajan. Una falta de empleo y tasa de desempleo especialmente grave en esta tierra que el informe de Caritas señala como la "causa principal de la exclusión social". Una consecuencia a la que le sigue la guerra en Ucrania, y la subsiguiente inflación como otro de los factores que "han repercutido y acentuado las desigualdades".
Además de en la salud de miles de castellano manchegos, la secuela de la pandemia también ha afectado a sus bolsillos, cuyos ingresos medios por persona en 2021 han caído hasta los 10.257 euros, dos mil menos que la media nacional. Y lo que es peor, ha aumentado su riesgo de pobreza, cada vez mayor desde 2019, colocando la radiografía de la pobreza regional en dimensiones alarmantes que ya golpean a un tercio de su población. Una situación que dista bastante de la grandilocuencia que generalmente acostumbra a exhibir el Gobierno de Castilla-La Mancha cada vez que alguno de sus miembros nos relata la situación económica y laboral de esta tierra.