Corría el año 2009 cuando, tras recibir las bendiciones oficiales de los presidentes de la comunidad de Andalucía, Manuel Chaves, y de Castilla-La Mancha, José María Barreda, sus homónimos de Unicaja, Braulio Medel, y Caja Castilla La Mancha, Juan P. Hernández Moltó, se sentaron para negociar una posible fusión entre ambias cajas de ahorro. No fue Unicaja la única entidad sondeada para culminar el proceso, también se tuvieron contactos con Caja Madrid, Caixa e Ibercaja. Más que una fusión se trataba de una absorción por parte de la entidad malagueña, debido a la gravedad de la situación por la que atravesaba CCM. De sobra eran ya conocidas las dificultades financieras de la caja castellano-manchega, con una solvencia depauperada y una elevada morosidad en su balance por sus arriesgadas e insensatas inversiones en el sector inmobiliario. Una operación que, de haber llegado a buen término, hubiera supuesto la primera vez que en España se fusionaban cajas de diferentes comunidades autónomas, que además eran líderes en sus respectivos territorios.
Con el acuerdo político alcanzado por los dos gobiernos socialistas, Medel, ante la negativa del Banco de España a facilitar la documentación contable de CCM, reclamó a su colega castellano-manchego toda la información pormenorizada acerca de su solvencia, rentabilidad y líneas de negocio de la caja para poder evaluar las posibilidades prácticas de la operación. Ante la lentitud de todo este proceso y la sospecha de Unicaja de que la grave situación por la que atravesaba CCM pudiera incluso afectar al futuro de la entidad malagueña y el de sus clientes y trabajadores, el Banco de España decidió intervenir la caja presidida por Hernández Moltó, cesando a sus directivos y arbitrando el Fondo de Garantía de Depósitos para evitar males mayores.
Tras este proceso, incluido el judicial al presidente y director general de CCM, Braulio Medel continuó presidiendo la caja de ahorro malagueña, luego del banco y por último de la Fundación, principal accionista de la entidad con más de un treinta por ciento del capital. Mas la fusión con Liberbank, tras más de tres décadas en lo más alto, supuso para Medel una pérdida paulatina de influencia en la Fundación, acorralado además por las “dudas” del Gobierno y los supervisores financieros sobre su honorabilidad y la gestión accionarial en el banco. Todo ello ha propiciado la no renovación esta semana de sus dos últimos cargos como presidente de dos pequeñas fundaciones dependientes del banco. “Medel ya es historia”, despachaban desde la organización al denominado durante tantos años como el “gran financiero andaluz”, creador de Unicaja en 1991 mediante la fusión de cinco cajas de ahorro. Medel abandona su cargo tras una sucesión de escándalos que han abierto una crisis reputacional sin precedentes, además de una “pérdida de confianza”, junto a otros cuatro consejeros cesados, entre la que se encuentra la castellano-manchega Petra Mateos.