Pese a lo que ha ocurrido en las últimas semanas y al sometimiento de Page al dictado de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para que forme un nuevo gobierno en el que se dará entrada a dos representantes de Podemos, todavía hay quien sostiene que el presidente castellano-manchego es el “tapado” del PSOE para el caso de que las cosas le salgan mal a Pedro Sánchez y los socialistas se vean obligados a elegir en el futuro un nuevo secretario federal. Es una idea que trasladan desde fuentes “sanchistas”, donde piensan que Page podría tener posibilidades de hacerse con el liderazgo del PSOE toda vez que Susana Díaz ha quedado anulada para la política nacional mientras que el resto de barones apenas tienen nada que hacer en ese sentido. Esta línea de pensamiento podría tener alguna credibilidad sino fuera porque en las filas del “sanchismo” lo único que pretenden es socavar aún más la figura de García-Page.

El director de El Confidencial, el alcarreño Nacho Cardero, afirmaba en un artículo reciente que el “mapa del PSOE en noviembre, una vez hayan concluido los congresos regionales, reflejará una formación totalmente alineada con Pedro Sánchez. Salvo en tres federaciones, la andaluza, la castellano-manchega y la valenciana, donde ventea un resentimiento que en ocasiones raya el odio sarraceno, el resto es coto privado del nuevo comandante en jefe del partido socialista”.

Según Cardero, los barones críticos siguen remando a la contra más por devoción que por convicción. “Están callados, agazapados… Han dado un paso atrás después de las primarias, pero no se dan por vencidos. Esperan su momento. Ahora están intentando afianzar sus plazas, luego habrán de conservar los gobiernos regionales y ver qué tal le va a Pedro en las generales. Y si Pedro pierde escaños, entonces volver a intentarlo. Lo tienen muy difícil, por no decir imposible, repetir un golpe como el del pasado año, pero saben que han de dejar la llama encendida y crear expectativas, especialmente entre los suyos”, comenta un hombre de confianza de Pedro Sánchez citado por El Confidencial.

Entre los que militan en el bando crítico sitúan a Emiliano García-Page, al que no consideran ni sanchista ni susanista: “Page solo es de Page”. En el equipo de Sánchez, cita Cardero, dicen que es el “tapado”. “Una vez chamuscada Susana Díaz, el castellano-manchego puede jugar sus bazas si las cosas vuelven a torcerse para el líder del PSOE. Page se deja querer, siempre se ha dejado, y aunque niegue más aspiraciones que las de ocupar el Palacio de Fuensalida, le gusta que le regalen los oídos. Unas aspiraciones demasiado ambiciosas para alguien que perdió en Toledo en las primarias y con unas bases detrás que no entienden por qué ha dado ese giro de 180 grados con Podemos y se resiste a consultarlo con ellas”, dicen en el equipo de Sánchez.

Por el momento Page tiene bastante con su propio congreso regional, al que quiere llegar con los deberes hechos aprobando los presupuestos y dando entrada en su gobierno a su enemigo íntimo de Podemos, José García Molina, y a alguien más de la confianza de éste. Podemos quiere cerrar lo del gobierno antes de que se aprueben los presupuestos ya que no se fían de que Page cumpla su palabra. Se espera, en consecuencia, que el presidente anuncie la composición de su nuevo Ejecutivo en la segunda quincena de agosto. Además de nombrar un nuevo gobierno y aprobar los presupuestos, Page tiene pendiente el congreso regional del PSOE, en el que aspira a revalidar su condición de secretario regional. Parece claro que lo va a conseguir, pero no sin oposición ya que seguramente tendrá que enfrentarse a uno o dos candidatos alternativos del sector de Pedro Sánchez. Con todo esto por delante, dudamos que Page pueda pensar en estos momentos en liderar el PSOE nacional en el futuro.