¿Qué preocupa en Guadalajara del cura expresidiario que administra 24 pueblos de la provincia?
Celso García es un cura que administra la iglesia de 24 localidades de la provincia de Guadalajara desde que salió de prisión en el año 2015. Es un monje agustino que fue condenado por abuso de menores a tres años de cárcel. Después de cumplir con la Ley ha sido recolocado como párroco por el obispo de Guadalajara, según ha informado este lunes Íñigo Domínguez en El País. El asunto ha creado cierta inquietud en la zona, a pesar de que la mayor parte de los parroquianos desconocen los antecedentes del cura, quien, por otra parte, tiene derecho a rehacer su vida profesional tras el cumplimiento de condena.
En la diócesis ha tenido en cuenta que los pueblos que administra son pequeños y no hay niños en ellos, lo cual supone una prevención que expresa por sí misma el peligro latente que puede seguir existiendo. Pero además, según revela el diario de Prisa, alguno de los pueblos no es tan pequeño, como Molina de Aragón, que tiene más de 3.000 habitantes y sí tiene niños y jóvenes, igual que los tienen el resto de localidades cuando en verano crece exponencialmente la población.
Cuenta El País que Celso García fue denunciado en 2010 por tres menores de 11 y 12 años de la escolanía del monasterio de El Escorial, donde era profesor. Tras cumplir su condena, está ejerciendo como sacerdote en numerosos pueblos, sin ninguna cautela especial.
Un dato inquietante, según quejas recibidas por otros sacerdotes, es que el párroco ha causado extrañeza en las misas en verano cuando hace subir a los niños al altar para acompañarle en la ceremonia y les deja darse la comunión unos a otros, "una práctica irregular".
En un primer momento, en octubre de 2015, este agustino fue nombrado párroco de seis localidades: Mazarete, Anchuela del Campo, Anquela del Ducado, Establés, Tobillos y Turmiel. En julio de 2016 se ampliaron sus competencias. Fue nombrado párroco in solidum (junto a otros sacerdotes) de Aldehuela, Anchuela del Pedregal, Anquela del Pedregal, Arangocillo, Canales de Molina, Castellar de la Muela, Chera, Herrería, Otilla, Pradilla, Prados Redondos, Rillo de Gallo, Selas, Tordelpalo, Torrecuadrada de Molina, Torremocha del Pinar y Torremochuela. También fue designado vicario parroquial de las iglesias de Santa María la Mayor de San Gil y de San Martín, en Molina de Aragón. En esta localidad también es capellán del monasterio de las Clarisas.
El obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez, ha rehusado hacer declaraciones sobre el caso a El País,que quería saber “por qué aceptó a este religioso en una parroquia dado que, según las propias directrices de la diócesis, exige a todos los sacerdotes un certificado de falta de antecedentes de delitos sexuales”, o si hay otros curas o religiosos condenados por este tipo de delitos que estén ejerciendo su labor en la diócesis en este momento.
El arzobispado de Sigüenza-Guadalajara ha emitido este martes un comunicado en el que aseguran que se lleva un "seguimiento minucioso" del religioso condenado.